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El HMS Lightning es hundido por un Schnellboot

Los galgos de la Armada Real - destructores en el mar en línea por delante de una ola de p

Los galgos de la Armada Real, destructores en el mar en línea por delante de una ola de proa fina. La fotografía fue tomada desde el destructor Faulknor.

En el Mediterráneo, los aliados estaban haciendo progresos considerables en la recuperación del dominio de los mares. Los convoyes estaban llegando a Malta y las fuerzas aliadas al norte de África.

Sin embargo, la batalla estaba lejos de ser totalmente ganada y los alemanes estaban decididos a reforzar y reabastecer sus fuerzas en Túnez. Esto condujo a una vida llena de pruebas para muchos en la Armada Real, mientras trataban de proteger sus propias líneas de suministro y atacar las del enemigo.

Los 227 hombres a bordo del HMS Lightning estaban agotados, ellos estaban escoltando convoyes aliados durante el día y atacando convoyes enemigos durante la noche. Para el 12 de marzo habían estado en una acción por trece días consecutivos. Esa noche se les ordenó zarpar del puerto de Bone a las 1745 horas para atacar un convoy alemán saliendo de Sicilia. Ellos lucharon contra doce aviones torpederos a las 1851 horas y derribaron uno. A las 2200 horas, los mensajes de radio de los Schnellboots alemanes fueron interceptados (traducido literalmente como lanchas rápidas), que sugerían que estaban a punto de ser atacados.

George Gilroy, ya un marinero muy experimentado con cuatro años de servicio y tan sólo 21 años de edad, era uno de los hombres a bordo del HMS Lightning:

Habíamos estado en puestos de combate toda la tarde y yo estaba encerrado en la torreta A. Estaba cansado, hambriento y asustado, ya que estábamos muy cerca del enemigo. Alrededor de las 2215, a través de mis miras, vi claramente a babor el E-Boat gris pálido cuando disparó el primer torpedo.

No estábamos operando el RDF, ASDIC o el HF DF y no tuvimos tiempo para contestar el fuego -tal vez si todos hubiéramos estado en condición de combatir hubiésemos abierto fuego a tiempo ¿quién sabe? El capitán viró el buque a babor para peinar la estela del torpedo como lo había hecho en tantas ocasiones anteriores, pero esta vez era demasiado lenta y nos impactó perfectamente en la amura de babor, volándola limpiamente “como si hubiese sido cortada con un cuchillo”.

A pesar de que estaba muy cerca del punto de impacto no escuché una explosión fuerte, sólo un ruido sordo pesado que sacudió mis huesos. La nave se estremeció por la explosión y todo quedó en silencio. Dándonos cuenta de lo que había ocurrido y sin energía eléctrica para operar el cañón, no tuvimos más remedio que abandonar la torreta.

No podíamos salir de la puerta ya que estaba atascada. En su lugar, tuvimos que escapar a la cubierta, deslizándonos por la rampa para los casquillos expulsados de los proyectiles. No entramos en pánico, ya que podíamos sentir que el buque no estaba escorándose o volcándose, aunque nos imaginamos que debía estar en una situación grave.

Es interesante que en una carta dirigida a mí, cincuenta años después del hundimiento, Tom King [que había servido previamente en el HMS Lightning] menciona la puerta de la torreta, “… antes de dejar la nave, cuando era capitán de la torreta A… debido a que soy alto podía pararme con mis piernas separadas y poner un pie en cada uno de los proyectiles utilizados, por lo que nunca tuve que usar el estribo (que obstruía la puerta). Los chicos solían decir ‘no pongan el estribo abajo Tosh, por si tenemos que salir rápidamente –sólo los ganchos-’”.

Esto es posiblemente lo que nos impidió poder escapar. Me pregunto cuántos hombres perdieron la vida en otras torretas similares debido a este mal diseño. Al salir de la torreta me quedé asombrado por la magnitud de los daños y de lo cerca que habíamos estado de morir en el acto. Unos cincuenta pies de la nave habían sido volados nítidamente y nuestra torreta se estaba inclinando sobre la cubierta.

Todos los hombres nos quedamos pasmados. Sólo podíamos mirarnos el uno al otro con asombro. Todo estaba quieto y tranquilo -no había retorno de fuego y nadie estaba apresurándose-. El otro único barco visible era el E-Boat. Simplemente esperamos lo inevitable, como un conejo hipnotizado por los faros de un coche.

La nave afectada rápidamente perdió su rumbo y se convirtió en un blanco fácil. En un intento desesperado por salvarla, el capitán dio la orden de ir hacia atrás para aliviar la presión sobre los mamparos delanteros que todavía se sostenían. Pero yo sólo podía ver cómo nuestro atacante circulaba lentamente al buque muerto y se iba hacia el lado de estribor. Escuché sus motores acelerar mientras viraba para regresar hacia nosotros.

 

Él vino directamente hacia nosotros y disparó un segundo, fatal, pez de hojalata. Fue apuntado cuidadosamente y nos dio justo en medio del barco por debajo de la chimenea. Esto causó un daño terrible, destruyendo ambos cuartos de calderas, los pom-pom [cañones antiaéreos] y los tubos lanzatorpedos delanteros en la cubierta superior, rompiendo la columna del pobre barco. Miré con incredulidad y horror como una enorme columna de agua y vapor se elevaba por encima de nosotros al momento en que el torpedo penetraba en nuestro precioso barco.

Los hombres y las máquinas fueron volados al olvido. Me sentí muy mal por mis buenos amigos en los pom-pom; nunca tuvieron una oportunidad y debieron haber visto con impotencia cómo el torpedo fatídico aceleró directamente hacia ellos. Con su columna rota, ella de inmediato empezó a hundirse.

En total, 45 hombres murieron en el ataque y el hundimiento posterior, la mayoría de los sobrevivientes fueron recogidos alrededor de las 0145 horas por el HMS Loyal.

 

Si deseas saber más, lee “Struck by Lightning” [Golpeado por un Rayo], de John Dann y Eric Gilroy, el cual proporciona muchos testimonios diferentes de los hombres que sirvieron en el destructor HMS Lightning.

 

Este fue un barco muy atareado en su servicio desde mayo de1941 hasta marzo de 1943, aunque esto no era inusual para muchos destructores de la época. Ella estuvo en el corazón de la acción durante los convoyes de Malta.

El destructor británico HMS Nubian regresando a Malta después de patrullar la costa de Tún

El destructor británico HMS Nubian regresando a Malta después de patrullar la costa de Túnez. Ella había estado participando en las operaciones de las fuerzas navales ligeras basadas en Malta para patrullar el Estrecho de Sicilia, frente a las costas de Túnez, y cortar la ruta de escape del Afrika Korps alemán desde el norte de África.

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Los trabajadores de municiones Marion Griffiths y Betty Evans, de pie con un equipo de artillería de la Armada Real, en la cubierta de los cañones antiaéreos “pom-pom” de un destructor, en algún lugar en Gran Bretaña. Marion y Betty fueron tomados en una excursión sorpresa al destructor después de que descubrieron que los proyectiles que ayudaron a construir, según la descripción original de la imagen, “fueron utilizados en este destructor para rechazar los bombarderos en picada nazis”.

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“Venus”, el bulldog mascota del destructor HMS Vansittart.

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Una imagen al fin de la guerra. Un S-Boot rindiéndose yendo a 30 nudos con otros dos S-Boots (no visibles), al lado de un MGB que lo acompaña, dirigiéndose al HMS Hornet, la base de las fuerzas costeras ligeras en Gosport, para ser tomadas por la Armada Real.

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