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Sabotaje del gueto de Varsovia

Sastres judíos trabajando en el gueto de Varsovia, en 1941.

Desde el inicio de la guerra en 1939, la sección de Varsovia que posteriormente se convertiría en el gueto de esa ciudad, había sido la zona más afectada por las bombas y combates; los edificios allí ubicados tenían un área de apenas 4 kilómetros cuadrados y en él se encontraban medio millón de judíos.

 

A dos años de haberse iniciado la guerra, la situación en el gueto de Varsovia empeoraba día a día; la falta de alimentos y las condiciones inhumanas provocaban desesperación entre la población judía. No obstante, la resistencia del espíritu humano prevalecía en diversas manifestaciones.

 

Emmanuel Ringelblum, el archivista del gueto de Varsovia, mantenía su diario relatando los sucesos:

Mediados de septiembre

 

Los recientes comunicados ingleses han estado llenos de descripciones de sabotaje en varios países ocupados por el ejército alemán. No existe ninguna gran industria [de municiones] en el gueto, pero los sastres judíos trabajando en los talleres de economato alemanes, deseando hacer su parte en el sab[otaje], han enviado un transporte de uniformes militares con pantalones apenas zurcidos, botones colocados al revés, bolsillos invertidos, mangas al revés (la manga izquierda donde la derecha debía estar). El transporte fue regresado de Berlín y ahora el Departamento de Producción está todo ansioso. Hay amenazas de castigos drásticos.

 

Hoy las escuelas se han convertido en un problema otra vez. Debe haber tres idiomas de instrucción -yiddish, polaco y hebreo-. Pero hay muchas dificultades en la forma de encontrar espacios escolares, debido a que los cuartos [disponibles] se han transformado en cocinas de sopa y cosas así. Los conversos deben tener una escuela separada propia. Hubo una gran controversia sobre esta escuela. Gepner sostenía que, por consideraciones políticas, los judíos bautizados debían asistir a escuelas comunes. La única cosa es, deberían tener instrucción religiosa especial. Pero los judíos bautizados no desean eso. Quieren escuelas propias y las van a tener, porque obtienen todo lo que quieren.

Si deseas saber más, lee “Notes from the Warsaw Ghetto: From the Journal of Emmanuel Ringelblum” [Notas del gueto de Varsovia: del diario de Emmanuel Ringelblum], editado por Jacob Sloan.

Judíos comprando en un mercado al aire libre en el gueto de Varsovia, en el verano de 1941.

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