Bombardeo sobre la fábrica de armas Skoda
Handley Page Halifax Mk II W7676-“TL-P” del Escuadrón Nº 35 en vuelo, alrededor de mayo de 1942. Este avión se perdió en una operación a Núremberg, el 28/29 de agosto de 1942.
Los días 16 y 17 de abril, el Comando de Bombarderos envío 327 aeronaves para bombardear la importante fábrica de armamentos Skoda en Plzeň, Checoslovaquia. Treinta y siete aviones no regresaron. Los bombarderos tuvieron problemas porque las tripulaciones australianas y otras informaron tener dificultades de navegación para ubicar la lejana ciudad de Plzeň:
327 aviones – 197 Lancaster y 130 Halifaxes fueron enviados a bombardear la fábrica de armas Skoda en Pilsen, en Checoslovaquia. 18 Lancaster y 18 Halifaxes perdidos, el 11.0 por ciento de la fuerza. Un escuadrón canadiense, el Nº 408, perdió 4 de sus 12 Halifaxes despachados.
Este bombardeo, se llevó a cabo a la luz de la luna llena, pero no fue un éxito. En un plan complicado, la fuerza principal recibió la orden de confirmar la posición de la fábrica Skoda visualmente; los marcadores Pathfinder tenían la intención de ser únicamente una guía general.
En el evento, un gran edificio de un asilo a 7 millas de distancia fue confundido con la fábrica y sólo 6 tripulaciones trajeron fotografías del bombardeo que estaban a 3 millas del objetivo real. La fábrica de Skoda no fue impactada.
Un informe dice que 200 soldados alemanes murieron cuando sus barracas cerca del asilo fueron bombardeadas.
Alfie Martin estaba en uno de los aviones Halifax derribado en este bombardeo. Él tenía noventa y nueve años cuando recordó los acontecimientos de la noche para la BBC en el 2010. Él fue entrevistado para rendir homenaje a los miembros de la Resistencia Francesa que le ayudaron a escapar de Francia. Tres de los franceses que le ayudaron directamente no sobrevivieron a la guerra:
La mayor parte volé –aunque yo estaba entrenado como observador y navegación y cosas así–, la mayor parte volé como el que apuntaba las bombas y volábamos en aviones Halifax.
Todo iba bien hasta que la 12ª operación que fue a Pilsen en Checoslovaquia. Volviendo de allí, después de haber estado volando por alrededor de 10½ horas, a las 4 de la mañana, vimos cazas alrededor. El piloto hizo un buen montón de entrelazado y así sucesivamente, pero eh, unos minutos después se oyó el ruido de “bam, bam, bam” – una aeronave iba volando y el sonido de las balas impactando el fuselaje.
Y el piloto dijo “¿Todo está bien? ¿Todo OK?” y respondí: “Sí”. Hasta donde yo sé todos los miembros de la tripulación respondieron “Sí”.
Pero unos minutos después de eso, el piloto dijo: “¡Salten! ¡Salten! El motor está en llamas. Estamos en serios problemas”.
Así que me puse el paracaídas y eh, el navegador –puso fuera su asiento– estaba sentado encima de la escotilla de escape. Alcé la puerta de escape que cuando llegaba a la vertical se suponía que las bisagras debían salirse y la empujabas hacia abajo –echándola afuera a través del agujero–. Lo hice, pero el aire la atornilló atascándola –una especie de aire que entraba la mantuvo apretada fuertemente– y no pude conseguir que –no tenía la fuerza suficiente para abrirla y no pude hacer que el navegador, que estaba en el extremo más alejado de ella, le abriera de una patada–.
Entonces el piloto entró suplicando: “¡Por favor, salgan!” y cosas así.
Creo para ese momento habíamos descendido a unos 7,000 pies. Por lo que rápidamente me desabroché mi intercomunicador y mi casco, me levanté y salté sobre el borde de la puerta y así fue que salió y yo con ella también.
Y mi primera impresión fue sólo la cola negra de la aeronave pasando por encima de mi cabeza. De cualquier manera, me puse a salvo, sin ningún problema, eh, y traté de ver si algunos de los otros salían, pero no pude hacer que mi paracaídas se volteara. Uno desciende muy lenta y silenciosamente y es increíble la gran diferencia que hay después de haber tenido un motor en tus oídos durante 10 horas –silencio absoluto– y desciendes, bajando muy lentamente y de pronto entonces el suelo se precipita y te golpea. Sólo rodé con mi espalda y estaba bien.
Entonces empecé a pensar en lo que… –¿qué nos habían dicho cuando nos estaban entrenando y esas cosas? – hubo personas que habían logrado escapar y evadir la captura y cosas así que nos hablaban de ello en el escuadrón.
La cosa era que, en primer lugar, había que obtener ayuda, pero tenías que ir a buscarla.
Había que recordar que esas personas estaban sujetas a la muerte si lo ayudaban, así que no deberías tomar notas acerca de quiénes eran y cosas así.
También nos dijeron que el mejor momento para escapar es inmediatamente como aterrices en el territorio, y también debes ocultar tu paracaídas e irse lo más lejos de la aeronave como sea posible.
Eso fue lo que hice y voy a decirlo ahora, voy a acortarlo más o menos… caminé y vagué por los campos de noche por un par de noches y, para decir verdad, cada vez más y más miserable, no pude dormir muy bien y traté de conversar con varias personas, pero ellos tenían miedo o no podían ayudar.
En la mañana del domingo ––era viernes por la noche cuando fuimos derribados–, en la mañana del domingo me, eh, escondí en una entrada –de lado – y me quedé medio dormido, ya que estaba decidido a caminar sólo por las noches y fuera de los caminos y cosas así, y yo estaba, como ya dije, medio dormido y estaba sentado en mi gorra –o mis botas de vuelo–, me quedé dormido y de repente hubo una terrible sacudida y un ruido y eh, una vaca cayó sobre mí, seguido de un niño pequeño.
Y se detuvo, me observó y creo que me levanté y ambos nos miramos entre sí y luego –maravilla de maravilla– me saludó [voz quebrándose]. Todavía me pongo sentimental ya que hizo mucho para mi ánimo porque me había estado sintiendo un poco miserable y ese que pequeño chico (¿de nombre de André L?). Todavía tengo tarjetas de Navidad de él. Él y su familia me ayudaron tanto como pudieron, me dieron una idea a dónde ir y cosas así.
Creo que más a últimas horas de la tarde seguí vagando y eh, pensé que estaría –tomando el tren–, pero estaba demasiado asustado para hacerlo. Y así que caminé sobre una colina que había –sólo para mantenerme lejos del tráfico– y de repente delante de mí había dos gendarmes hablando con una señora y –ellos habían estado mirando en mi dirección, así que no había razón para echar a correr al otro lado–. Bajé y traté de ser atrevido.
Llegué con ellos y eh, uno me dijo: “Carte d’identité Monsieur?” [¿Su identificación, señor?]
Me detuve y comencé a palpar mis bolsillos, como si estuviera buscando algo y actuando como tonto, no dije nada. De todos modos, después de un minuto o dos ellos hablaron un poquito entre sí y la señora, empezó como a alejarse un poco hacia el fondo y como que me indicaron que me fuera con ellos, así que empezamos a caminar de nuevo hacia la colina. Ya casi me había hecho a la idea de que echarme a correr, cuando los dos se detuvieron y hablaron un poquito, uno a otro, y eh, luego al que hablé, que creo era el jefe de los dos, me dijo: “¿Anglais?” [¿Inglés?]
Le dije: “Oui” [Sí].
Y él me dijo: “¡Allez vite!” [¡Váyase rápido!]
Y yo me “allez –é vite” muy “vite –damente” en verdad.
Puedes encontrar la entrevista completa en BBC Newsline.
El Handley-Page Halifax “G for George”, un avión comprado por la Real Fuerza Aérea (RAF) por el pueblo de Ceilán, con la tripulación del Comando de Bombarderos típicamente mezclada de británicos, canadienses, neozelandeses y australianos, en la base de la RAF en Driffield, Yorkshire.
A “Pinocho”, un Halifax veterano del Escuadrón Nº 102 en Pocklington, le es pintado por un miembro de la tripulación de tierra, el símbolo de una bomba por su 26ª misión, en abril de 1943. Los conos de helado representan ataques contra objetivos italianos y la llave indica la 21ª misión de la aeronave.
Un miembro de la tripulación sobreviviente de un Handley Page Halifax Mark II del Escuadrón Nº 158 de la Real Fuerza Aérea (RAF), derribado en Bremen la noche del 27 de marzo 1943 mientras volaba para bombardear Berlín, es interrogado por oficiales de la Luftwaffe.
Un Halifax del Escuadrón Nº 76, W7805/MP-M, siendo dotado de bombas en Linton-on-Ouse, el 3 de abril de 1943.