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Acción peligrosa para salvar a submarino británico

El submarino británico, clase T, HMS Thrasher en su trayecto. Sobrevivió a la excepcionalmente peligrosa guerra en el Mediterráneo y realizó operaciones exitosas en el Lejano Oriente, hundiendo más de 20,000 toneladas de embarques japoneses. En un infortunio, el HMS Thrasher fue bombardeado por error por aviones británicos, al ser confundido con un submarino enemigo, cerca del puerto de Said, Egipto, en julio de 1942, poniéndolo fuera de acción por más de un mes para poder ser reparado después de los daños causados.

El 16 de febrero 1942, al norte de Creta, en el Mediterráneo, el submarino HMS Thrasher, después de atacar sin éxito el mercante alemán Arkadia, fue en turno víctima de un ataque. El Thrasher fue sometido a una arremetida de tres horas con cargas de profundidad y bombardeos aéreos. Logró escapar y fue mientras se encontraba sumergido que el capitán fue perturbado por el ruido más indeseable:

Estaba dormido en mi camastro alrededor de la medianoche y fui despertado por algo que hacía ‘bonk, bonk, bonk’ por encima de mí, claramente algo rodando en el casco.

 

Bien, esto era un anatema para cualquier submarinista: algo haciendo tal ruido podía darle tu posición a cualquiera que estuviera tratando de escucharte, por lo que le dije al oficial de guardia en el puente que enviara a alguien, para ver si podía encontrar lo que era, asegurarlo y evitar que siguiera rodando.

 

Me dieron un informe que me dejó bastante sorprendido, al decirme que parecía haber una bomba reposando sobre el casco, justo abajo del cañón y que había un agujero en aquél, mismo que hacía indicar que algo se había metido en la carcasa y que podría ser la causa de este ruido.

 

Subí al puente y fui a investigar y allí, efectivamente, había una bomba dentro del caparazón –de unos dos pies de largo-. Calculo que era una bomba de unas 50 -100 libras y encontré un agujero en el lado del revestimiento del cañón que, por su tamaño, parecía haber sido hecho por otra bomba y, después de una investigación más profunda, con toda seguridad se trataba de una bomba dentro del armazón.

La tripulación del HMS Thrasher tendría que batallar con dos bombas que no explotaron. Sin embargo, sacarlas no sería tarea sencilla y si el submarino era atacado mientras hacían esto, se verían forzados a sumergirse. La recomendación subsecuente para la Cruz de la Victoria describe la situación perfectamente:

El teniente Roberts y el suboficial Gould se ofrecieron como voluntarios para extraer las bombas, que eran de un tipo desconocido para ellos. El peligro en el tratamiento de la segunda bomba era grande. Para alcanzarla tenían que ir dentro del caparazón, que era tan reducido que tenían que acostarse a todo largo para poder moverse en él.

 

A través de este espacio estrecho, en completa oscuridad, empujaron y arrastraron la bomba a una distancia de unos 20 pies (6 metros) hasta que pudiera ser bajada por la borda. Cada vez que la bomba se movía, había un fuerte ruido como el tañido de un resorte roto, que no ayudaba en nada a su tranquilidad.

 

Esta acción fue aún más valerosa dado que la presencia del submarino HMS Thrasher era conocida por el enemigo; se encontraba cerca de la costa enemiga y en aguas donde se sabía que sus patrullas estaban activas día y noche. Había una posibilidad muy grande, ellos lo sabían, que el submarino tuviera que haberse sumergido de emergencia mientras se encontraban bajo la carcasa. De haber sucedido esto se hubiesen ahogado.

Si deseas saber más acerca de las acciones del HMS Thrasher, visita el sitio Uboat.net

Peter Roberts (Cruz de la Victoria). Durante la remoción de una bomba que reposaba en el caparazón del submarino HMS Thrasher, operación que duró unos 50 minutos, Gould se acostó sobre su espalda deteniendo la bomba, mientras Roberts tiraba de ella por encima de sus hombros.

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