El Escuadrón Nº 617 se convierte en los “Dambusters”
Operación Chastise [Castigo]: el ataque a las presas Moehne, Eder y Sorpe por el Escuadrón Nº 617 de la Real Fuerza Aérea (RAF), en la noche del 16/17 de mayo de 1943. Un arma ‘Upkeep’ [Mantenimiento] de práctica adjunta a la bahía de bombas del Avro Tipo 464 (Aprovisionamiento) Lancaster, ED932/G ‘AJ-G’, del comandante de ala Guy Gibson en Manston, Kent, mientras que realiza pruebas de lanzamiento a las afueras de Reculver.
A mediados de marzo de 1943, el líder del escuadrón Guy Gibson había sido transferido sin mucho ruido de su escuadrón de bombarderos Lancaster. Él y un grupo selecto de tripulaciones experimentadas de Lancaster formarían el Escuadrón Nº 617 y tenían sólo unas cuantas semanas para llevar a cabo un entrenamiento secreto. La fuerza principal del Comando de Bombarderos estaba dedicada plenamente a la Batalla del Ruhr, realizando ataques contra el corazón de la industria alemana.
La contribución del Escuadrón Nº 617 en la Batalla del Ruhr era un ataque a un objetivo muy especial con medios muy especiales. Ellos realizarían un ataque a la importante red hidroeléctrica sirviendo a la región, tratando de volar las presas que proporcionaban la energía. Se esperaba que la liberación de la reserva de agua también provocara un daño inmenso. Y lo harían dejando caer un arma única, nunca antes utilizada en combate –la bomba rebotadora inventada por Barnes Wallis–.
Las bombas rebotarían sobre las redes de protección de las presas y, debido a que iban rotando, se trasladarían ellas mismas al muro de la presa hasta llegar a la profundidad óptima para explotar –causando una ruptura en la pared de la presa–.
El lanzamiento de estas bombas requería de técnicas especiales. Tenían que ser lanzadas exactamente a 20 metros –determinado por el punto en el que dos focos brillando desde abajo del avión se cruzaban–. Todo el tiempo la aeronave iluminada volaba recta y nivelada hacia una pared de fuego antiaéreo.
El propio Guy Gibson dejaría una descripción increíble de los últimos momentos antes del lanzamiento de la bomba:
Terry encendió los focos y comenzó a dar instrucciones –“Abajo, abajo, abajo. Firme, firme”–. Estábamos entonces exactamente a sesenta pies.
Pulford comenzó a trabajar la velocidad, primero puso un poco de alerón para desacelerarnos, luego abrió los aceleradores para colocar al indicador de velocidad de aire exactamente en contra de la marca roja.
Spam comenzó a alinear su mira contra las torres. Él había puesto el interruptor de fusión a la posición de “Encendido”. Yo comencé a volar.
Los artilleros nos habían visto llegar. Podían vernos llegar con nuestros focos a más de dos millas de distancia. Ahora abrieron fuego y sus trazadoras comenzaron a girar hacia nosotros; algunas fueron vistas rebotando en la superficie lisa del lago.
Este era un momento terrible: nos estaban llevando también a nosotros a unas cuatro millas por minuto, casi en contra de nuestra voluntad, hacia las cosas que íbamos a destruir. Creo que en ese momento los chicos no querían ir. Sé que yo no quería ir.
Me dije a mí mismo, “En un minuto más estaremos todos muertos” –¿y qué? – volví a pensar, “¡Esto es terrible –este sentimiento de miedo– si es que es miedo!” Para este momento estábamos a unas cuantas yardas de distancia y le dije rápidamente a Pulford, en voz baja, “Ahora mejor deja los aceleradores abiertos y prepárate para sacarme del asiento si es que me dan”. Mientras yo lo miraba pensé que parecía un poco triste al escuchar esto.
El Lancaster se estaba realmente moviendo y empecé a observar a través de la mira especial en mi parabrisas. Spam tenía los ojos pegados en la mira de bombas al frente, su mano en el botón; un mecanismo especial a bordo ya había comenzado a trabajar para que la mina fuera lanzada (esperábamos) en el lugar correcto.
Terry seguía revisando la altura. Joe y Trev comenzaron a levantar sus armas. El fuego antiaéreo nos podía ver claramente ahora. No era exactamente el infierno. He pasado por fuego antiaéreo mucho peor que ese, pero estábamos muy bajos.
Había algo siniestro y algo desconcertante acerca de toda la operación. Mi avión era tan pequeño y la presa era tan grande, era gruesa y sólida, y ahora estaba enojada. Mi avión era muy pequeño. Fuimos rozando a lo largo de la superficie del lago y, mientras íbamos en camino, mi artillero estaba disparando a las defensas y las defensas nos estaban disparando de regreso con vigor, sus proyectiles silbando a un lado de nosotros. Por alguna razón, no nos estaban dando.
Spam dijo: “A la izquierda –un poco más a la izquierda– firme, firme, firme, aquí viene”. De los siguientes segundos sólo recuerdo una serie de incidentes caleidoscópicos.
El charlar de las armas delanteras de Joe lanzando trazadoras que rebotaban en la torre de fuego antiaéreo de la izquierda.
Pulford en cuclillas a mi lado.
El olor a pólvora quemada.
El sudor frío debajo de mi máscara de oxígeno.
Las trazadoras destellando al lado de las ventanas –todas parecían del mismo color ahora– y la imprecisión de las posiciones de artillería cerca de la estación de energía; ellos estaban disparando en la dirección equivocada.
La cercanía de la pared de la presa. Spam exultante, “Mina lanzada”.
Las bengalas rojas de Hutch para cegar a los artilleros antiaéreos. La velocidad de todo el asunto.
Alguien diciendo por la radio, “Buen trabajo, líder. Buen trabajo”.
Entonces todo había terminado y al final estábamos fuera de alcance; luego se apoderó de todos nosotros, creo, una sensación inmensa de alivio y confianza.
Si deseas saber más, lee “Enemy Coast Ahead” [Costa enemiga adelante], de Guy Gibson.
Esta película de la época muestra imágenes del entrenamiento y el lanzamiento de las bombas rebotadoras previo al ataque a las presas alemanas:
Operación Chastise [Castigo]: el ataque a las presas Moehne, Eder y Sorpe por el Escuadrón Nº 617 de la Real Fuerza Aérea (RAF) en la noche del 16/17 de mayo de 1943. El Escuadrón Nº 617 practica el lanzamiento el arma “Upkeep” [Mantenimiento] en el campo de bombardeo en Reculver, Kent. La segunda secuencia de lanzamiento (5): un grupo de observadores observa como la bomba rebota hacia la costa. Se puede ver al Dr. Barnes Wallis, en el extremo izquierdo del grupo, instando a que la bomba continúe su recorrido.
El comandante de ala Gibson y su tripulación abordan su Avro Lancaster A3-G (ED 932/G) para el ataque a las presas. De izquierda a derecha: el teniente de vuelo R. D. Trevor-Roper; el sargento .J Pulford; el sargento de vuelo G. A. Deering de la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF); el oficial piloto F. M. Spafford de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF); el teniente de vuelo R. E. G. Hutchinson; el comandante de ala Guy Gibson, y el oficial piloto H. T. Taerum de la RCAF.
Interrogando a la tripulación del comandante de ala Guy Gibson. El líder de escuadrón Townson, oficial de inteligencia, hace preguntas a (de izquierda a derecha): Spafford, Taerum y Trevor-Roper. Pulford y Deering están parcialmente ocultos. El mariscal en jefe del aire, Sir Arthur Harris, y el honorable Ralph A. Cochrane, oficial aéreo al mando del Grupo, se encuentran observando.
La presa de Möhne, en Alemania, volada después del bombardeo.