Negocio lucrativo en el Gueto de Varsovia
Judíos compran en un mercado al aire libre en el gueto de Varsovia.
Desde que las paredes del gueto de Varsovia fueron erigidas en noviembre de 1940, Emmanuel Ringelblum se encontraba allí. Ringelblum fue testigo de la horrenda persecución y el peligro constante que se vivía, pero su objetivo no era sólo dejar un testimonio escrito de la destitución y brutalidad del régimen nazi, sino también describir la vida cotidiana en gueto.
En octubre de 1941, las condiciones de vida seguían empeorando día a día, las raciones se habían reducido aún más y el número de muertos crecía exponencialmente, sin embargo, algunos se beneficiaban de la adversidad de otros:
Dos niños limosneros estaban sentados en la calle sosteniendo un letrero que decía S.O.S. Uno es forzado a conceder que esta es la afirmación más simple y verdadera de nuestro predicamento -y nuestro único eslogan-. El comercio de tarjetas de racionamiento es uno de los acontecimientos más patéticos en el gueto. Los funcionarios y tenderos son sanguijuelas que explotan el predicamento de los pobres que carecen de dinero ni siquiera para un mendrugo de pan; los primeros compran las tarjetas de racionamiento del pan y el azúcar de los pobres. En general, este tráfico de tarjetas de racionamiento de los muertos, de los perdidos, es un negocio muy lucrativo para ciertos elementos en el gueto, particularmente funcionarios. Son hienas de la peor calaña. Debido a que no todos los pobres tienen la oportunidad boletos para comidas gratuitas, algunos de ellos venden sus tarjetas de racionamiento por comidas gratuitas -exactamente de la forma en un pobre campesino vende los frutos de su futura cosecha.
Si deseas saber más, lee “Notes from the Warsaw Ghetto: From the Journal of Emmanuel Ringelblum” [Notas del Gueto de Varsovia: del diario de Emmanuel Ringelblum], editado por Jacob Sloan.
Las cartillas de racionamiento se utilizaban para obtener la pequeña cantidad de alimentos en los guetos.