top of page

Japón debe invadir Singapur de inmediato

Singapur en 1941. Se aprecian la aguja de la Catedral de San Andrés, así como el domo de la Suprema Corte a la distancia.

La Directriz número 24, emitida por Adolf Hitler el 5 de marzo de 1941, buscaba establecer una mayor cooperación de Alemania con su aliado japonés; hasta el momento la firma del Pacto Tripartito no había traído consigo una colaboración germano-nipona más floreciente como la que los Estados Unidos e Inglaterra poseían, los cuales comenzaban ya a compartir material de guerra e inteligencia. Tal directriz señalaba que la invasión de Singapur, posición clave de Inglaterra en el Lejano Oriente, era fundamental para el éxito de la estrategia combinada de los tres países del Eje. Con ello Inglaterra estaría combatiendo en varios frentes y permitiría a Hitler tener más libertad de acción en los Balcanes, el Mediterráneo, el norte de África y más adelante, la Unión Soviética.

El secretario de Asuntos Exteriores de Japón, Yōsuke Matsuoka, estaba próximo a visitar Alemania y uno de los puntos a tratar seria la invasión de Singapur por parte la nación del sol naciente.

Erich Raeder, comandante de la Kriegsmarine alemana, se reunió con Hitler el 18 de marzo de 1941 para instar a Hitler a que ampliara el alcance de la guerra mundial mediante la persuasión de Japón para comenzar a la brevedad la invasión de Singapur. La perspectiva de Raeder en su audiencia con Hitler fue la siguiente:

Japón debe tomar medidas para apoderarse de Singapur tan pronto como sea posible, ya que la oportunidad nunca volverá ser tan favorable (la flota inglesa entera estaba contenida; la falta de preparación de los Estados Unidos para la guerra contra el Japón; inferioridad de la flota de los Estados Unidos vis-a-vis con la de los japoneses). Japón ya está haciendo preparativos para esta acción, pero de acuerdo con todas las declaraciones realizadas por los oficiales japoneses sólo la llevará a cabo si Alemania procede a desembarcar en Inglaterra. Por lo tanto, Alemania debe concentrar todos sus esfuerzos para inducir a que Japón actúe de inmediato. Si Japón toma Singapur todas las demás preguntas del este asiático con respecto de los Estados Unidos e Inglaterra se resuelven de esta manera (Guam, Filipinas, Borneo, las Indias Orientales Holandesas).

 

De ser posible, Japón desea evitar la guerra contra Estados Unidos. Ella puede hacerlo si toma con determinación Singapur tan pronto como sea posible.

Después de la guerra, Raeder rindió su testimonio respecto de esta reunión durante los juicios de Núremberg, el 18 de mayo de 1946:

En primer lugar, la decisión política de Hitler, el jefe del Estado; a continuación, la directiva del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas a las Fuerzas Armadas; luego las conclusiones extraídas por los comandantes en jefe de las distintas ramas de la Wehrmacht. Así, después de haber recibido la Directiva del 5 de marzo, tenía que contemplar cómo Japón, después de entrar en la guerra, podría ser utilizada estratégicamente con los mejores resultados. Y eso dependía de la forma en que podría herir con mayor eficacia a nuestro principal oponente, Inglaterra, en el mar. En relación con esto tuve que insistir con más urgencia que Japón se movilizara en contra de Singapur, ya que también había círculos que eran de la opinión de que Japón debería atacar a Vladivostok, lo que hubiera sido un grave error.

 

El centro de poder de Inglaterra en Asia Oriental tenía que ser atacado. Pero el hecho mismo de que yo creyera que la captura de Singapur haría que los Estados Unidos de América se alejaran de la guerra ocasionó esta propuesta mía, y no lo opuesto.

Si deseas saber más, lee “The Rise and Fall of the Third Reich” [Ascenso y Caída del Tercer Reich], de William L. Shirer.

El comandante de la Kriegsmarine alemana, Erich Raeder, frente a tripulaciones de submarinos.

bottom of page