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Inicia el asalto sobre Tobruk

Un semioruga alemán en el desierto libio, en 1942.

En esta segunda ocasión, Rommel estaba decidido a sacarse la espina de Tobruk; las unidades del Afrika Korps estaban tomando posiciones para continuar el ataque sorpresivo, el cual sería liderado agresivamente por su comandante.

 

Por primera vez, un cuerpo blindado intentaría tomar una fortaleza, aunque en el proceso, la Luftwaffe trabajaría en perfecta coordinación con las fuerzas terrestres y contribuiría grandemente en el éxito de la operación.

 

La experiencia promedio del combate en Tobruk de las tripulaciones de tanques alemanes fue, en muchos casos, similar. El doctor Kurt Wolff, un teniente en el Regimiento Blindado 5 del Afrika Korps, escribió sus impresiones:

El desierto se extiende frente a nuestros ojos -amarillo, reluciente, inconmensurable- y nuestros cañones apuntan al este de nueva cuenta. La cerca alambrada de la frontera egipcia no está muy lejos de nosotros, a través de la cual nos moveremos mañana. Cada día es una nueva revelación. Mis hombres se recuestan debajo de los tanques y duermen. Tenemos dos marchas nocturnas difíciles detrás de nosotros y mis ojos arden de las nubes de polvo y tierra que levantan las orugas.

 

Pero nunca olvidaré el 19 de junio de 1942, la tarde anterior al 20, el día en que entramos a Tobruk tarde después del mediodía y, mientras el sol rojo se hundía en el oeste, nosotros hundíamos barcos ingleses escapando. Esa fue una batalla que ninguno de nosotros se atrevió a soñar.

 

Por la tarde del 19 de junio, nuestro comandante se movilizó con el General tan lejos como el área justo a las afueras de la fortaleza. No había mucho que reconocer -el desierto no tiene puntos de orientación-, pero los sectores de ataque fueron asignados, áreas de reunión establecidas y, al mismo tiempo, la magia del día por llegar fue conjurada a través de esto y aquel estado. Al momento en que el líder de tanques llamó después a sus oficiales al gran mapa inglés de Tobruk y, en el crepúsculo de la tarde -Lilli Marlene estaba apenas empezando a cantar su triste canción en Belgrado-, explicó la situación y la intención de tomar Tobruk en pocas palabras simples, nadie tuvo preguntas.

 

Escribimos una carta más a Alemania por la tarde del 19. En la madrugada del 20 de junio, los fusileros comenzaron a avanzar hacia el terreno del ataque exterior bajo la protección de las baterías que habían sido traídas al frente. Se movilizaron al frente más rápido de lo que se había asumido, si bien sólo avanzando paso a paso. Al llegar a la primera zanja ancha antitanque, que los ingleses habían excavado a lo largo de doce kilómetros, el sol estaba en proceso de salir.

 

En ese momento, los ingenieros se movilizaron hacia adelante. Incluso el fuego de la artillería pesada desde los búnkeres de concreto al frente de la fortaleza no pudieron detener a los hombres, que removieron los obstáculos de alambre, nivelaron los bancos de las zanjas con cargas pesadas y luego hicieron un camino para los tanques. Un poco más tarde, marchamos a través de anchos campos minados ingleses y cruzamos la zanja y penetramos en la zona de fortificación.

Qué escena la de los tanques avanzando en una larga columna detrás del radiante sol ascendiendo y lentamente extendiéndose. El traqueteo de las ametralladoras hacía eco a lo largo del campo de batalla; el Flak [fuego antiaéreo] se colocó en posición hacia la derecha. A la izquierda detrás de nosotros, se ubicó la artillería; los cañones rugieron.

Si deseas saber más, lee “Panzers in the Sand: The History of Panzer-Regiment 5, 1942-45 (Volume 2)” [Tanques en la arena: la historia del Regimiento Blindado 5, 1942-45 (Volumen 2)], de Bernd Hartmann.

Como siempre, Rommel estaba en el frente de batalla, motivando a sus tropas, deseoso por mantener el impulso y la sorpresa de su ataque.

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