top of page

Política de inanición para los rusos

Erich Koch (derecha), Reichskommissariat de Ucrania, y Alfred Rosenberg (al centro), Ministro del Reich para los territorios orientales ocupados, en Kiev, Ucrania.

El 20 de junio, dos días antes de que iniciara la Operación Barbarroja, Alfred Rosenberg, a quien Hitler había nombrado como Ministro del Reich para los territorios orientales ocupados, pronunció un discurso ante miembros claves del gobierno delineando la prioridad de alimentar al pueblo alemán a costa del pueblo soviético.

 

Rosenberg habló sobre los planes de romper el extremo occidental de la Unión Soviética desde Moscú y crear territorios aliados con Alemania. Era, según él, importante crear buena voluntad en el Este y ganarse a la gente, pero paradójicamente emitió directivas ordenando la política de inanición.

 

Las perspectivas de Rosenberg eran concordantes con su labor en los territorios ocupados y lo convirtieron en uno de los principales ejecutores de los planes en contra de la Unión Soviética. Sus puntos de vista fueron expresados claramente en su alocución:

Hay una diferencia en cuanto a si después de algunos años he ganado a cuarenta millones de personas para que cooperen voluntariamente o si debo colocar un soldado detrás de cada campesino.

 

 

La tarea de alimentar al pueblo alemán se mantiene este año, sin duda alguna, en la parte superior de la lista de requerimientos de Alemania en el Este; aquí los territorios del sur y el norte del Cáucaso tendrán que servir como un equilibrio para la alimentación del pueblo alemán. No vemos absolutamente ninguna razón para establecer obligación alguna de nuestra parte para alimentar también al pueblo ruso con los productos excedentes de ese territorio. Sabemos que esta es una necesidad severa, despojada de cualquier sentimiento; que una muy extensa evacuación sería necesaria y que el futuro podría deparar muchos años duros para los rusos.

Estos puntos de vista fueron implementados en las directrices emitidas por Rosenberg:

La tarea principal de la administración civil en los territorios orientales ocupados es representar los intereses del Reich. A este principio básico debe dársele prioridad en todas las medidas y consideraciones. Por tanto, a los territorios ocupados, en el futuro, podrían ser autorizados para tener una vida propia en una forma que aún está por determinarse. Sin embargo, permanecen siendo partes del espacio vital alemán y siempre serán siempre gobernados de acuerdo con este principio rector.

 

Las reglas de la Convención de La Haya sobre guerra terrestre, que se refieren a la administración de un país ocupado por una potencia beligerante extranjera, no son aplicables, ya que la URSS ha de considerarse disuelta y por lo tanto el Reich tiene la obligación de ejercer todas las funciones gubernamentales y otras soberanas en el interés de los habitantes del país. Por lo tanto, se permite adoptar cualquier medida que se considere necesaria y adecuada para la ejecución de esta tarea integral de la administración alemana.

Si quieres saber más, lee “The Devil’s Diary: Alfred Rosenberg and the Stolen Secrets of the Third Reich” [El diario del diablo: Alfred Rosenberg y los secretos robados del Tercer Reich], de Robert K. Wittman y David Kinney.

bottom of page