La 1ª División de Marines deja Guadalcanal
Infantes de marina dejan Guadalcanal en naves de asalto hacia los barcos que esperan en altamar.
La 1ª División de Infantes de Marina había llegado a Guadalcanal en agosto de 1942. Los sobrevivientes fueron relevados ahora por la 23ª División de Infantería y estaban dejando la isla. La batalla continuaría hasta que los elementos finales de la resistencia japonesa fueron eliminados en febrero de 1943.
La 1ª División de Infantes de Marina había perdido a 650 que fueron muertos en combate; 1,278 heridos en acción, con unos 8,580 contrayendo malaria y 31 desaparecidos en acción. Ellos se embarcaron en algún momento a finales de diciembre, llegando a las Nuevas Hébridas en Nochebuena. Entre ellos se encontraba Robert Leckie, quien lo relató tal y como fue:
Dormía[mos] junto a una carretera, a la espera de embarcar al día siguiente. Ese día, nos trajeron nuestros paquetes de Navidad desde casa. No podíamos llevarlos a bordo del barco con nosotros, puesto que no se nos permitía llevar más que nuestras mochilas y armas.
Chuckler y yo ya habíamos pedido al teniente Ivy-League que llevara las cajas de puros que nos quedaban en su mochila para el mar; a los oficiales se les permitiría llevar mochilas de mar. Nos desconcertó ver la reaparición de las bolsas de mar -estrictamente para las tropas - y nos enfadó al ver que fueron entregadas a los oficiales.
Esta fue la primera pieza de discriminación que encontramos, el primer lanzamiento de la Moneda de Una Sola Cara, con la que los oficiales satisfarían su avaricia prohibiéndonos las cosas que por derecho nos pertenecen y luego llevándoselas para sí mismos, así como los políticos utilizan los tribunales para lograr sus fines.
Así que devoramos todo lo que pudimos de estos regalos de Navidad de casa y tiramos el resto.
“Alístense para salir. ¡Adelaaaante, marchen!”
Nos encaminamos hacia la playa, nuestro andar, nuestro aspecto barbudo, harapiento, incapaz de igualar la precisión de dicha orden. Trepamos a los botes de espera. Nos pusimos de pie en la borda y contemplamos la orilla de la playa alejándose.
Nuestro barco navegó hasta llegar a un alto, revolcándose debajo de un enorme barco que se inclinaba tan marcadamente a puerto que parecía borracho. Era uno de los viejos barcos de líneas de un dólar; el Presidente Wilson, yo creo.
“¡Suban por las redes de carga!” Así como habíamos llegado, así nos fuimos.
Estábamos tan débiles que muchos de nosotros no pudimos lograr subir. Algunos cayeron en el agua –con mochila, rifle y todo- y tuvieron que ser pescados fuera de ella. Otros se aferraron desesperadamente a las redes, jadeando, con miedo a moverse con el temor de que el último gramo de fuerza los abandonara también y el mar los recibiera. Estos también tuvieron que ser rescatados por marineros ágiles balanceándose por las redes.
Fui capaz de llegar a la parte superior de la red, pero no pude ir más lejos. No pude reunir la fuerza necesaria para balancearme sobre la borda y me quedé allí, respirando pesadamente, con el lado caliente del barco meciéndose lejos de mí en las olas y la perdición rodando por debajo de mí -hasta que dos marineros me tomaron por las axilas y tiraron de mí hacia adentro-.
Me caí con estrépito entre los otros que habían sido traídos a bordo y me quedé con mi mejilla presionada contra la cubierta caliente, sucia, mi corazón estaba latiendo rápidamente, no por este esfuerzo, sino de felicidad.
Si deseas saber más, lee “Helmet for My Pillow: From Parris Island to the Pacific” [El casco como mi almohada: De la Isla Parris al Pacífico], de Robert Leckie.
También puedes obtener más antecedentes sobre la Infantería de Marina en Guadalcanal en Naval History and Heritage Command [Comando de Historia y Patrimonio Naval].
Infantes de marina exhaustos se tienden para descansar en el área de la base de Guadalcanal.
Jim Goodin en Guadalcanal durante la Segunda Guerra Mundial. Él estaba con la 1ª División de Infantes de Marina. Originalmente era un paracaidista de gran altitud. El contrajo la malaria 36 veces.