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Se prolonga la campaña en la Rusia soviética

Soldados alemanes frente al cuerpo de un francotirador ruso que intentaba escapar a través de cultivos de trigo. En la Unión Soviética, en 1941.

Para el 22 de julio, los combates en y alrededor de Smolensk estaban embravecidos mientras el 20º Ejército de Kurochkin estaba teniendo dificultades para defender el cerco que estaba cerrándose, los soviéticos estaban resistiendo al límite y contratacando con las fuerzas acumuladas en el área.

 

A un mes de haberse iniciado la Operación Barbarroja, los reportes operacionales de ambos lados capturaban la intensidad y la naturaleza caótica de los combates, si no bien el significado real de la batalla. El general Gotthard Heinrici, en una de sus cartas a su esposa, esboza el panorama desesperado de las hostilidades:

(Bobryusk) 22 de julio de 1941

 

Ayer forzamos al enemigo, el LXVI Cuerpo ruso, que avanzaba hacia Bobryusk, a efectuar la retirada. Desdichadamente fueron capaces de escapar del cerco previsto. Los golpeamos duramente, pero de nuevo, no fue una victoria de gran magnitud. Las tropas nos han defraudado un poco. Se pusieron un poco de mal humor debido a los batallas feroces y desagradables. Las bandas partisanas rusas, que las hay en todas partes en los bosques, son características de esta guerra. Atacan a nuestros soldados individualmente, pero no se atreven a acercarse las unidades más grandes. Aun así, también sufren pérdidas cuando combaten en los bosques. En todas las batallas, los rusos pelean artificiosa y deshonestamente. En los maizales se lanzan a tierra, pretendiendo estar muertos y les disparan a nuestros soldados por la espalda. A cambio, nuestros hombres masacran a los rusos sin piedad. No hay campaña como la presente.

 

Ayer y el día anterior, me tomó horas conducir de regreso a casa. Muchos kilómetros a través del bosque solitario, donde habíamos estado combatiendo el día anterior. No fue exactamente placentero. Nuestros hombres están exhaustos físicamente. Ayer encontré algunos de los conductores de carruajes durmiendo como los muertos frente a sus caballos. Marchas tremendas, caminos increíbles. Nadie en Alemania puede empezar a imaginarse el estado en que se encuentran. Y un estrés mental enorme debido a las circunstancias cambiantes y el riesgo para todos de ser atacados en emboscadas: estas cosas son más que angustiantes y nunca han sido experimentadas antes en ninguna otra campaña. Y nadie sabe cuánto más durará esta batalla. No hay señal de un fin por el momento, a pesar de todas las victorias que hemos ganado. Con suerte la resistencia rusa se romperá algún día; incluso para ellos la situación está lejos de ser la deseable. Por segunda ocasión fueron capaces de penetrar en varios puntos. Pero las tropas cercadas luchan acerbamente y no parece que la voluntad rusa a seguir peleando esté ya quebrada o que la gente desee deshacerse de sus líderes bolcheviques. Actualmente hay razón para asumir que la guerra continuará, incluso si Moscú fuese capturada, desde cualquier parte en este país vasto, interminable.

Si deseas saber más, lee “A German General on the Eastern Front: The Letters and Diaries of Gotthard Heinrici, 1941-1942” [Un general alemán en el Frente del Este: las cartas y diarios de Gotthard Heinrici], editado por Johannes Hürter.

Las fuerzas alemanas estaban exhaustas ante los largos recorridos diarios en la vastedad de la Unión Soviética. En la imagen, tropas alemanas en motocicletas tomando en descanso sobre ellas, en algún lugar de la Rusia soviética, en 1941.

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