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Tanques ingleses rompen líneas alemanas por la noche

Tanques Valentine transportando infantería de la Guardia Negra (Black Watch), en marzo de

Tanques Valentine transportando infantería de la Guardia Negra (Black Watch), en marzo de 1943.

Mientras que la infantería estaba enfrentándose en feroces batallas en terreno alto alrededor de la Brecha Tebaga en Túnez, los blindados estaban haciendo una maniobra nocturna sin precedentes a través de las líneas alemanas. Esta fue una estrategia de alto riesgo siendo dirigida por uno de los nuevos hombres del ejército de Montgomery, el mayor general Horrocks, quien estaba al mando del X Cuerpo.

Sólo hasta el amanecer del día 27 de marzo fue claro si habían tenido éxito. Al final del día estaban en El Hamma, a mitad de camino de la costa, habiendo rodeado una gran parte de las fuerzas italianas y alemanas y flanqueado las defensas de Línea Mareth.

Horrocks acompañó a la 1ª División Blindada en su tanque de mando personal:

Fue la noche más emocionante y preocupante de mi vida. Mientras mi pequeño cuartel general táctico, que consta de tres tanques, tomaba su posición en la masa blindada, me di muy buena cuenta de que, si este ataque salía mal, no había duda en cuanto a cuál sería la cabeza que rodaría.

Podía escuchar a los estrategas de sillón en sus clubes en Londres diciendo: “¡Dios mío! El hombre debe estar loco. Queriendo probar pasar una división blindada a través de una división blindada enemiga. Aparte en la oscuridad”.

Porque eso era lo que estábamos tratando de hacer. Y, por supuesto, en la fría luz del día, visto desde Inglaterra, estarían en lo cierto, pero en realidad no era tan loco como parecía. Los alemanes, por regla general, no reaccionan muy rápidamente a algo nuevo y en este ataque dos nuevas técnicas se estaban probando.

Nunca antes habían sido objeto de ataques aéreos a baja altura tan devastadores y estaban aturdidos, o al menos eso parecía. Ya que la 8ª Brigada Blindada, liderando el ataque neozelandés con su carga de Balaclava, no había sufrido tantas bajas como se podía haber esperado.

Luego, aparte de esto, estaba el empleo inusual de blindados por la noche. A todo alrededor estaba el estruendo de los tanques, formas vagas que se asomaban de la oscuridad. Empecé muy valientemente con la parte superior de mi cuerpo sobresaliendo de la torreta de mi tanque, pero mientras el avance continuaba fui bajando más y más hasta que sólo la parte superior de mi cabeza era visible. Había demasiadas cosas volando para mi gusto, aunque la mayor parte del fuego enemigo iba sobre nuestras cabezas en la zona que acababa de abandonar.

 

Entonces, de repente estaba oscuro, y nos detuvimos. Esta fue la mayor prueba de todas: ni siquiera podíamos correr el riesgo de tomar una cerveza, la panacea del Octavo Ejército para todos los males. Sólo teníamos que sentarnos, en lo profundo de las posiciones enemigas, y esperar.

Bajé dentro del tanque para ver cómo se sentía mi tripulación, el artillero-operador y el conductor. Estaban alegres y completamente indiferentes por el hecho de que estaban participando en una operación militar única: podían de hecho haber estado conduciendo el largo valle en Aldershot. En los momentos de crisis, la flema del soldado británico es muy tranquilizadora.

Esta larga parada parecía continuar por siempre: luego una luna pálida polvorienta comenzó a hacer su aparición. Y por fin, gracias a Dios, estábamos moviéndonos de nuevo. Era posible distinguir la tenue silueta de los tanques al frente y a ambos lados y había una gran cantidad de fuego mal dirigido a todo alrededor.

A veces, los tanques estaban aplastando por encima de las trincheras enemigas ocupadas, y pudimos ver grupos aterrorizados de alemanes e italianos corriendo con las manos en alto. Pero no teníamos tiempo para preocuparnos por prisioneros. Nuestro avance era desesperadamente lento. Esa era mi principal preocupación. Si no teníamos éxito en lograr cruzar a través de la oscuridad, no podía soportar pensar cuál sería la situación en la mañana. Debiéramos haber estar rodeados por el enemigo y dominados por las colinas a ambos lados del valle.

La razón de las continuas paradas pronto se hizo evidente: el valle estaba cortado por wadis, muchos de los cuales eran obstáculos para los tanques, y no fue fácil para el regimiento a la cabeza encontrar lugares para cruzar. A veces esto hacía necesario subirse al frente de un tanque. Pero constantemente seguimos retumbando y este difícil avance nocturno se llevó a cabo con brillantez por la 1ª División Blindada.

 

A medida que avanzaba la noche, el ruido de disparos venía cada vez más y más de la retaguardia, y de repente me di cuenta que habíamos cruzado -la maniobra imposible había resultado: fue un momento inolvidable-.

Si deseas saber más, lee “A Full Life” [Una vida plena], de Sir Brian Horrocks.

Cañones autopropulsados Bishop de 25 libras, en acción cerca de Grenadier Hill, el 23 de m

Cañones autopropulsados Bishop de 25 libras, en acción cerca de Grenadier Hill, el 23 de marzo de 1943.

El mayor general B. G. Horrocks, en aquel entonces Comandante en Jefe de la 9ª División Bl

El mayor general B. G. Horrocks, en aquel entonces Comandante en Jefe de la 9ª División Blindada, en su tanque de mando Covenanter, durante el Ejercicio “Limpet” [Lapa] en la zona de Thetford-Bury St. Edmunds, el 18 de julio de 1942.

Un transporte Universal escolta a un gran contingente de prisioneros italianos capturados

Un transporte Universal escolta a un gran contingente de prisioneros italianos capturados en El Hamma, el 28 de marzo de 1943.

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