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Sabotaje en producción de agua pesada en Telemark

La Central Hidroeléctrica Vemork en Rjukan, Noruega, en 1935. En el edificio principal, la

La Central Hidroeléctrica Vemork en Rjukan, Noruega, en 1935. En el edificio principal, la planta de producción de hidrógeno Norsk Hydro. Un equipo noruego del Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE por sus siglas en inglés), durante la ejecución de la Operación Gunnerside, voló las células de producción de agua pesada en la noche del 27/28 de febrero de 1943, con la finalidad de sabotear los esfuerzos alemanes en su proyecto de energía nuclear durante la de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando los británicos se enteraron de que los nazis habían puesto en marcha un programa de armas atómicas, ellos estaban dispuestos a tomar riesgos considerables para obstaculizarlo. El objetivo principal fue la planta hidroeléctrica noruega que estaba produciendo “agua pesada” esencial para los nazis para avanzar con su proyecto.

A finales de 1942 llevaron a cabo realizaron la Operación Freshman. Este intento de montar un ataque armado contra la instalación en Vemork había terminado en un desastre cuando un avión y dos planeadores con tropas de la División Aerotransportada se habían estrellado en Noruega. Aquellas tropas, principalmente Ingenieros Reales, que sobrevivieron al accidente fueron posteriormente ejecutados bajo la Orden Comando de Hitler.

Ahora, el Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE) británico, lo intentaría de nuevo. El equipo de avanzada de la Operación Freshman, cuatro noruegos que se habían lanzado en paracaídas en el país antes que los planeadores, habían sobrevivido al invierno viviendo de renos y musgo. Fue una hazaña notable de supervivencia. Ahora se les unieron otros paracaidistas noruegos para una incursión secreta en la planta, en lugar de un asalto militar.

Joachim Rønneberg fue uno de los hombres que ahora llegaron en paracaídas y que llevarían a cabo un ataque a la planta:

El edificio principal era de 25 por 100 metros en siete pisos. La producción comenzaba en el piso superior y continuaba en círculos hasta que terminaba como agua pesada en la parte inferior. Y ese era nuestro objetivo: una batería de 18 celdas, la última etapa de la producción.

Dos de nosotros nos las arreglamos para ingresar al interior y empezamos a colocar las cargas. La orden era que si pasaba algo que pudiera poner en peligro el resultado, tenías que actuar por tu cuenta. Los otros tres muchachos en el equipo de demolición, uno de ellos llevando una serie de cargas explosivas, decidieron romper la ventana para entrar, ya que no sabían que estábamos ocupados adentro. Cuando la ventana se rompió, ambos grupos fuimos igualmente sorprendidos.

Ayudé a uno de mis amigos a entrar y terminamos colocando las cargas. No eran cargas grandes. Pesaban unos 4.5 kilogramos y habían sido encadenadas por los británicos antes de irnos. Mechas de dos minutos fusibles, cuatro de ellos.

Había un obrero noruego en el interior de la fábrica leyendo los instrumentos y llenando el cuaderno de la bitácora. Él nos oyó hablar noruego, discutiendo si deberíamos poner mechas de 30 segundos para estar seguro de que escucháramos la explosión tan pronto como fuese posible.

Fue entonces cuando él preguntó por sus gafas. Era difícil conseguir lentes en Noruega, así que quería tenerlos antes que encendiéramos las cargas. Recuerdo que dejé lo que estaba haciendo, busqué las gafas, encontré el estuche y se lo entregué a él.

Él estaba muy contento y empecé a alistar los dispositivos de ignición cuando de repente dijo que las gafas no estaban en el estuche. Le dije: “¿Dónde diablos están entonces?” Y él dijo: “Bueno, estaban allí cuando entraste”. Al final las encontré siendo utilizadas como un separador en su bitácora y se las di.

Luego le ordené que nos diera la llave para la puerta del sótano para que pudiéramos salir por la puerta como cualquier ser humano. Abrimos la puerta y recuerdo al mayor Tronstad diciendo que sólo por si acaso era necesario encerrar al guardia, la llave para el lavatorio estaba en el lado izquierdo de la puerta. Recuerdo que poco después de que encendimos las mechas de 30 segundos, vi la llave, pero no la necesitamos.

Le dijimos al hombre: “Sólo corra alrededor de la esquina, por la escalera, acuéstese y mantenga la boca abierta, hasta que escuche el estruendo. Sólo habrá una explosión, así que cuando termine puede bajar a ver el resultado”. No sé si lo hizo. Pero yo sé que él mantuvo la boca abierta, porque aún podía oír cuando me encontré con él dos años después. De lo contrario, si hubiese tenido la boca cerrada habría volado sus tímpanos.

Habíamos planeado reunirnos con el equipo de cobertura cerca del río. Ellos se esperaban que estuvieran allí un rato después de que se escuchó la explosión, sin saber que habíamos utilizado mechas de sólo 30 segundos, por lo que nos reunimos con ellos justo afuera de la entrada.

 

Lo que nos asombró fue que los alemanes no entendieron qué fue lo que había sucedido. El equipo de cobertura nos dijo que un hombre salió de la puerta de la caseta de vigilancia con una linterna e hizo una especie de búsqueda alrededor de la caseta y se metió de nuevo. Cuando llegamos al otro lado del río, tomamos un camino paralelo a la carretera principal conduciendo al centro de Rjukan. En el lugar donde comienza el funicular en la parte baja del valle, comenzamos a subir una carretera en zigzag que llevaba a la cima. Era una subida de unos seis o setecientos metros y que nos tomó, yo diría, tres horas desde la explosión hasta que pudimos ponernos nuestros esquíes en la ladera de la montaña.

Basado en la presentación “Reminiscences of a heavy water saboteur” [Reminiscencias de un saboteador de agua pesada], de Joachim Rønneberg.

El estreno de “Kampen om tungtvannet” [La batalla por el agua pesada], el 5 de febrero de

El estreno de “Kampen om tungtvannet” [La batalla por el agua pesada], el 5 de febrero de 1948. De izquierda a derecha: Knut Haukelid, Joachim Rønneberg, Jens Anton Poulsson (dándose la mano con el Rey Haakon VII) y Kasper Idland. Los noruegos fueron posteriormente inmortalizados en filmes como los “Héroes de Telemark”.

La Central Hidroeléctrica de Vemork en la actualidad. El edificio de la Planta de Producci

La Central Hidroeléctrica de Vemork en la actualidad. El edificio de la Planta de Producción de Hidrógeno fue demolido después de la guerra.

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