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Capellanes heroicos en el SS Dorchester

Pintura del rescate de los sobrevivientes del USAT Dorchester por el USCGC Escanaba (WPG-7

Pintura del rescate de los sobrevivientes del SS Dorchester por el USCGC Escanaba (WPG-77), el 3 de febrero de 1943, en el norte del Océano Atlántico. Imagen de la Guardia Costera de los Estados Unidos.

La guerra submarina estaba entrando ahora en una fase crítica. Al igual que cada vez más hombres y municiones dejaban los Estados Unidos y Canadá para unirse a la lucha en Gran Bretaña y el Norte de África, las manadas de submarinos estaban intensificando sus esfuerzos para hundirlos. Mientras que una amplia gama de novedosas medidas técnicas y tácticas estaban transformando la campaña antisubmarina y comenzando a tener un éxito mayor, la Batalla del Atlántico estaba lejos de ser ganada.

El SS Dorchester pasaba a través de los mares congelados de Terranova cuando su capitán se enteró de que había un submarino alemán cerca, descubierto por una base terrestre con dirección de localización radial. Era poco lo que podía hacerse al respecto, aparte de mantenerse especialmente alertas y permanecer cerca del convoy. Ninguno de los escoltas poseía radar, por lo que el U-223 fue capaz de salir a la superficie en la oscuridad y disparar un torpedo a las 0055 horas del día 3 de febrero de 1943. El teniente William H. Arpaia, de la Reserva Naval de los Estados Unidos, era el oficial de artillería a bordo del SS Dorchester y describió los últimos minutos en el navío después que el torpedo lo había impactado:

Los motores dejaron de funcionar de inmediato, todas las luces se apagaron en el barco y se inclinó hacia estribor en un ángulo aproximado de 30 grados. Ninguno de los vigías informó haber visto o escuchado algo más que un sonido como un silbido casi inmediatamente antes de la explosión. Instantáneamente el pandemónium se desató. Las tropas del Ejército comenzaron a lanzar botes salvavidas por la borda y comenzaron a abandonar el barco.

Ambos cañones, tanto el de 4 pulgadas como el de 3, estaban cargados. Uno de los artilleros en el arma de 3 cañones de 20 mm en el sitio de estribor había sido volado fuera de su base, sobre el trancanil y lanzado al agua. Por el hecho de que el barco se inclinó inmediatamente, era imposible operar cualquiera de los cañones.

El puente fue incapaz de mantener una luz roja fija por el hecho de que la electricidad fue cortada. Un silbato de niebla sonó 6 veces y otra serie de 6 se inició cuando el vapor se terminó. No se disparó ninguna bengala. El Dorchester inmediatamente se iluminó con luces rojas y linternas, las luces rojas estaban unidas a muchos de los salvavidas. Las linternas fueron utilizadas por miembros del ejército y algunos de los civiles a bordo.

El maestre estaba en el puente la última vez que lo vi. Le pregunté si él se había deshecho de las publicaciones confidenciales. Dijo que no y que yo debería hacerlo. Inmediatamente me fui a su camarote y arrojé personalmente todos los documentos confidenciales por la borda de estribor en la caja de metal perforada.

Le pregunté al capitán si vio algo y me dijo que no. Se quedó en el puente y probablemente, para todos los efectos y propósitos, no se había dado cuenta que el barco se iba a hundir. Después de que me convencí con certeza que abrir fuego sería inútil y que el barco se estaba hundiendo e inclinándose rápidamente, di órdenes a los artilleros de proa y popa para que abandonaran el barco.

Abandoné el barco desde el lado de babor de la viga en una balsa circular. De ocho a diez de los artilleros estaban conmigo, pero la mayoría de ellos se salvaron así mismos. McCoy y McMinn, marineros de primera clase, después de que una balsa circular había sido arrojada por la borda y después de que descendimos y nos pusimos de pie en el buque inclinado, descubrieron que algunos soldados habían tomado nuestra balsa. Tanto McCoy como McMinn estaban enteramente por su cuenta y con el buque hundiéndose por debajo de ellos, se ofrecieron como voluntarios para subir al extremo lateral superior y conseguir otra balsa, mismo que hicieron y la cual arrojaron hacia abajo.

Entonces me lancé al agua, me metí en la balsa y la sostuve para ellos y los dos se metieron también, así como Taylor, S1/c. Parecía que McCoy y McMinn mostraron un ímpetu de valor que sin duda merece un elogio.

Había 921 personas a bordo del buque, de los cuales 227 fueron rescatados.

El teniente Arpaia no fue rescatado por más de seis horas, tiempo durante el cual un hombre en su balsa, el marinero de primera clase, Ralph L. Taylor, “perdió la cabeza” y murió por el frío.

Si deseas leer el testimonio completo y más informes originales, visita Armed Guard [Guardia Armada].

En la media hora después del impacto del torpedo sobre el SS Dorchester, cuatro hombres a bordo se distinguieron por su conducta, por lo que se hicieron llamamientos para que se les otorgara la Medalla de Honor. Las reglas establecen que sólo puede ser otorgada por actos realizados bajo fuego. Así que, en 1960, por una ley especial del Congreso, fueron condecorados con una medalla única en reconocimiento a su sacrificio:

El 2 de febrero de 1943, el submarino alemán U-223 descubrió al convoy en movimiento y se acercó a los barcos, disparando un torpedo que impactó al Dorchester poco después de la medianoche. Cientos de hombres llenaron las cubiertas del barco que se hundía rápidamente y se abalanzaron sobre los botes salvavidas. Varios de los botes salvavidas habían sido dañados y los cuatro capellanes comenzaron a organizar a los soldados aterrorizados.

Ellos distribuyeron chalecos salvavidas de un casillero y cuando el suministro de chalecos salvavidas se acabó, cada uno de los capellanes dio el suyo a otros soldados. Cuando los botes salvavidas se lanzaron, los capellanes oraron con aquellos que no pudieron escapar de la nave hundiéndose. 27 minutos después que el torpedo impactó, el Dorchester desapareció bajo las olas con 672 hombres todavía a bordo. La última vez que alguien supo de los cuatro capellanes, ellos estaban de pie en la cubierta, con los brazos entrelazados y orando juntos.

De la mención para la Medalla de los Cuatro Capellanes aprobada por una ley del Congreso de los Estados Unidos, el 14 de julio 1960.

Cuatro capellanes del ejército estadounidense representando cuatro religiones diferentes.j

Cuatro capellanes del ejército estadounidense representando cuatro religiones diferentes: (iniciando en el ángulo superior izquierdo y en el sentido de las manecillas del reloj) el teniente reverendo George Lansing Fox (metodista); el teniente reverendo Clark Poling (Primera Iglesia Reformada); el padre John P. Washington (católico) y el teniente rabino Alexander David Goode, todos ellos dieron sus salvavidas a otros soldados que no tenían alguno, los cuatro perecieron tras el hundimiento de la nave SS Dorchester. A todos se les condecoró póstumamente con el Corazón Púrpura y la Cruz de Servicio Distinguido. En 1960, el Congreso de los Estados Unidos declaró el 3 de febrero como el Día de Observancia de los Cuatro Capellanes y la Capilla de los Cuatro Capellanes fue establecida en Filadelfia.

El Kapitänleutnant Karl-Jürg Wächter, comandante del submarino U-223, quien estaba al mand

El Kapitänleutnant Karl-Jürg Wächter, comandante del submarino U-223, quien estaba al mando en la noche del 3 de febrero de 1943, cuando dio la orden de abrir fuego con torpedos sobre buques del convoy SG-19, el cual incluía al transporte estadounidense SS Dorchester, mismo que fue hundido con sólo un torpedo en 27 minutos.

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El 28 de mayo de 1948, el Servicio Postal de los Estados Unidos emitió una estampilla conmemorativa de 3 centavos en honor a los cuatro capellanes que sacrificaron sus vidas en el hundimiento del SS Dorchester. Los cuatrol capellanes están representados sobre el barco que se hunde en el diseño central.

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