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Los caprichos de Göring

En Wolfschanze -la Guarida del Lobo- al este de Prusia, el cuartel general de Hitler en el frente oriental en 1942. De izquierda a derecha: Adolf Hitler; Robert Ley, el jefe del Frente Laboral del Reich, responsable de muchos de los campos de trabajo forzados, quien estaba siendo marginado por sus problemas de alcoholismo; Ferdinand Porsche, el diseñador del Volkswagen, ahora diseñando tanques de guerra y construyéndolos con mano de obra proveniente de los campos de trabajo forzados, y Hermann Göring, comandante supremo de la Luftwaffe (Fuerza Aérea alemana), cada vez más deteriorado por las drogas.

Hermann Göring se encontraba en Italia para discutir el bombardeo de Malta y el apoyo aéreo para una posible invasión de la isla. El Conde Galeazzo Ciano, Ministro de Relaciones Exteriores de Mussolini, escribió sus impresiones en su diario:

Göring está partiendo de Roma. Cenamos en el Hotel Excélsior y durante la cena, Göring habló sólo de las joyas que posee. De hecho, tenía algunas piedras preciosas en sus dedos. Explicó que las había comprado por una pequeña suma en Holanda después de que todas las joyas habían sido confiscadas en Alemania –me han dicho que juega con sus gemas como un niño con sus canicas-.

 

Durante el viaje se encontraba nervioso, por lo que sus colaboradores le trajeron una taza pequeña con diamantes. Los puso sobre la mesa y los contó, los alineó, los revolvió y se puso contento de nueva cuenta. Ayer por la tarde, uno de sus oficiales de alto rango dijo: ‘él tiene dos amores –objetos valiosos y hacer guerra’. Los dos son pasatiempos muy caros.

 

Vestía un abrigo de marta cebellina en la estación, algo entre lo que los conductores de automóviles vestían en 1906 y lo que una prostituta de alto vuelo lleva a la ópera. Si alguno de nosotros hiciéramos algo así seríamos apedreados en las calles. Él, por el contrario, no sólo es aceptado en Alemania sino quizá amado por ello. Quizá sea porque tiene una pizca de humanidad.

Si deseas saber más, lee The Ciano Diaries 1939-1943” [Los diarios de Ciano, 1939-1943] de Galeazzo Ciano.

 

En ese tiempo Malta estaba sufriendo uno de los bombardeos más concentrados como ningún otro lugar en la guerra estaba experimentando:

Malta.

 

El enemigo ataca Malta continuamente de día y de noche, los primeros causando más daño que las incursiones nocturnas.

 

El ataque nocturno más fuerte ocurrió el 2 y 3, cuando 20 aviones enemigos cruzaron la costa: durante este ataque, un Hurricane fue destruido en tierra en Hal Far y otros edificios sufrieron daños leves. El varadero en Kalafrana fue dañado gravemente y un Sunderland fue destruido. Un Ju88 fue probablemente derribado por fuego antiaéreo.

 

Los bombarderos enemigos en los ataques diurnos estaban fuertemente escoltados por cazas y sus ataques continuaron concentrándose en los aeródromos en Kalafrana y Hal Far para tratar de neutralizarlos. El ataque más fuerte ocurrió el 4, cuando 31 bombarderos y 43 cazas cruzaron la costa. En este ataque se causaron graves daños a las instalaciones en Takali y se hicieron grandes cráteres en el aeródromo. Tres de los Hurricanes que interceptaron a los atacantes se encuentran perdidos. Dos Ju88 fueron dañados. En otros ataques el daño causado no fue serio, muchas de las bombas cayendo en el mar.

 

Los aeródromos en Hal Far y Takali permanecieron inundados y fuera de servicio.

Del Reporte Semanal número 127 de la Situación Naval, Militar y Aérea, tal y como le fue reportado al Gabinete de Guerra Británico, mismo que puedes encontrar en los Archivos Nacionales británicos.

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