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Alemania invade Grecia y Yugoslavia

Un Panzerkampfwagen IV de la 11ª División Blindada avanza hacia Yugoslavia desde Bulgaria como parte del 12º Ejército alemán.

El 6 de abril de 1941 se pusieron en marcha la Operación Marita y la Operación 25, dando inicio a las invasiones simultáneas de Grecia y Yugoslavia, respectivamente. La razón inmediata de la incursión en Yugoslavia fue el golpe de Estado ocurrido el 27 de marzo de 1941, cuando el anterior gobierno se había adherido al Pacto Tripartito uniéndose al Eje.

 

Grecia sufriría el mismo derrotero pero principalmente como consecuencia del fracaso italiano de su campaña en el país helénico, motivo por el cual las fuerzas alemanas entraron en acción en apoyo de su aliado fascista.

 

Adolf Hitler se dirigió a sus fuerzas con un discurso apologético que pretendía explicar las razones del inicio de la acción en los Balcanes:

Berlín, 6 de abril de 1941

 

Soldados del Frente Sureste:

 

Desde temprano en la mañana el pueblo alemán está en guerra con el gobierno de intriga de Belgrado. Sólo depondremos las armas cuando esta banda de rufianes haya sido definitiva y enfáticamente eliminada y el último británico haya dejado esta parte del continente europeo, y que estas personas engañadas se den cuenta de que tienen que agradecer a Gran Bretaña por esta situación, que deben agradecer a Inglaterra, el belicista más grande de todos los tiempos. El pueblo alemán puede entrar en esta nueva lucha con la satisfacción interior de que sus líderes han hecho todo lo posible por lograr una solución pacífica.

 

Rogamos a Dios que Él pueda guiar a nuestros soldados en el camino y los bendiga como hasta ahora.

 

De acuerdo con la política de dejar que otros luchen por ella, como lo hizo en el caso de Polonia, Bretaña una vez más trató de involucrar a Alemania en la lucha en la que Gran Bretaña esperaba acabaría con el pueblo alemán de una vez por todas, para ganar la guerra y si fuese posible para destruir a todo el ejército alemán.

 

En unas pocas semanas, hace mucho tiempo, los soldados alemanes en el Frente del Este, Polonia, hicieron a un lado este instrumento de la política británica. El 9 de abril de 1940, Gran Bretaña volvió a intentar alcanzar su objetivo mediante un embate en el flanco norte de Alemania, el ataque en Noruega.

 

En una lucha inolvidable los soldados alemanes en Noruega eliminaron a los británicos en un plazo de unas pocas semanas.

 

Lo que el mundo no consideró posible el pueblo alemán lo ha logrado. Una vez más, sólo unas pocas semanas más tarde, Churchill pensó que el momento era propicio para hacer un renovado ataque a través de los aliados británicos, Francia y Bélgica, en la región alemana del Ruhr. La hora victoriosa de nuestros soldados comenzó en el frente del oeste.

 

Ya es historia de la guerra cómo los ejércitos alemanes derrotaron a las legiones del capitalismo y la plutocracia. Después de cuarenta y cinco días esta campaña en el Oeste fue igual y enfáticamente terminada.

 

Entonces Churchill concentró la fuerza de su Imperio contra nuestro aliado, Italia, en África. Ahora el peligro también ha sido rechazado en el teatro de guerra africano a través de la cooperación de las unidades italianas y alemanas.

 

El nuevo objetivo de los belicistas británicos ahora consiste en la realización de un plan que ya habían tramado al estallido de la guerra y sólo pospuesto debido a las victorias gigantescas del ejército alemán. El recuerdo del desembarco de las tropas británicas en Salónica en el curso de la Primera Guerra Mundial también atrapó a la pequeña Grecia en la telaraña de intriga británica.

 

He advertido en repetidas ocasiones del intento por parte de los británicos para desembarcar tropas en el sureste de Europa y he dicho que esto constituye una amenaza para el Reich alemán. Por desgracia, esta advertencia no fue escuchada por la nación yugoslava. Asimismo he intentado, siempre con la misma paciencia, convencer a los estadistas yugoslavos de la absoluta necesidad de su cooperación con el Reich Alemán para la restauración de la paz y el orden duradero dentro de Yugoslavia.

 

Después de muchos esfuerzos finalmente logramos asegurar la cooperación de Yugoslavia por su adhesión al Pacto Tripartito sin haber exigido absolutamente nada de la nación yugoslava excepto que hiciera su parte en la reconstrucción de un nuevo orden en Europa.

 

En este punto, los criminales usurpadores del nuevo gobierno de Belgrado tomaron el poder del Estado para sí mismos, lo cual es resultado de estar en la nómina de Churchill y Gran Bretaña. Al igual que en el caso de Polonia, este nuevo gobierno de Belgrado ha movilizado a personas decrépitas y viejos en su gabinete interno. Bajo estas circunstancias, me vi obligado inmediatamente a retirar la colonia alemana en el territorio yugoslavo.

 

Miembros y funcionarios de la Embajada alemana, los empleados de nuestros consulados en Yugoslavia, fueron diariamente sometidos a los ataques más humillantes. Las escuelas alemanas, exactamente igual que en Polonia, fueron hechas ruinas por los bandidos. Innumerables ciudadanos alemanes fueron secuestrados y atacados por los yugoslavos y algunos incluso fueron asesinados.

 

Además, Yugoslavia durante semanas ha planeado una movilización general de su ejército con gran secreto. Esta es la respuesta a mi esfuerzo de ocho años de duración por lograr una cooperación más estrecha y de amistad con el pueblo yugoslavo, una tarea que he buscado muy meticulosamente.

 

Cuando divisiones británicas desembarcaron en Grecia, al igual que en tiempos de la Guerra Mundial, los serbios pensaron que había llegado el momento de tomar ventaja de la situación para nuevos asesinatos contra Alemania y sus aliados.

 

Soldados del Frente Sureste: Ahora su hora cero ha llegado. Ahora llevarán los intereses del Reich alemán bajo su protección como sus camaradas lo hicieron hace un año en Noruega y en el Frente Occidental. Va a hacerlo igual de bien en el frente del Sureste.

 

Al hacer esto, su deber, no serán menos valientes que los hombres de esas divisiones alemanas que en 1915, en el mismo suelo de los Balcanes, combatieron tan victoriosamente. Serán compasivos sólo en aquellos lugares donde el enemigo sea compasivo con ustedes. Cuando el enemigo les confronte con absoluta brutalidad les rechazarán con la misma arma.

 

La lucha en suelo griego no es una batalla contra el pueblo griego, sino en contra de ese archienemigo, Inglaterra, que está nuevamente tratando de extender la guerra lejos en los Balcanes del sudeste, el mismo que intentó lejos en el norte el año pasado. Por esta razón, en este mismo lugar en los Balcanes, lucharemos hombro con hombro con nuestro aliado hasta que el último británico haya encontrado su Dunkerque en Grecia.

 

Si algunos griegos apoyan este rumbo británico, entonces esos griegos caerán al mismo tiempo que los británicos.

 

Cuando el soldado alemán se haya demostrado a sí mismo, se haya demostrado que es capaz de vencer a los británicos en los Balcanes, en medio de la nieve y las montañas, entonces también se habrá demostrado que puede vencer a los británicos en el calor del desierto en África.

 

Sin embargo, no vamos a perseguir ningún otro fin último mas que la libertad de nuestro pueblo alemán y asegurar un espacio vital para la familia alemana.

 

Las oraciones y pensamientos, la vida misma de todos los alemanes, están de nuevo en el corazón de cada soldado alemán.

 

Adolf Hitler,

Comandante en Jefe.

Si quieres saber más, lee “Hitler: Speeches and Proclamations, 1932-1945, Vol. 3 - The Chronicle of a Dictatorship” [Hitler: Discursos y Proclamaciones, 1932-1945, Vol. 3 - Crónica de una Dictadura], editado por Max Domarus.

 

Por su parte Alexander Cadogan, el subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, escribió en su diario los vertiginosos acontecimientos que estaban sucediendo en Londres con motivo de la invasión a los países balcánicos:

Domingo, 6 de abril

 

El teléfono sonó a las 7:45 con las noticias (completamente esperadas) que Alemania ha declarado la guerra a Yugoslavia y Grecia. Esto debe poner fin a toda la intriga en Belgrado. No hay noticias en absoluto, Soubbotitch llamó a las 12:45 pero no tenía noticias. Preguntó sobre un ‘mensaje’ y le di lo que pude, aunque no puedo hacer declaraciones en nombre del gobierno británico.

 

Llamada después de la cena del No. 10. P.M. [Primer Ministro] quiere que O'Malley sea extraído de inmediato. En lo que respecta a mis registros de conversación con Soubbotitch, dije que deberíamos enviar mensaje oficial, si me parecía necesario. Hice que Nº 10 le enviara el borrador por teléfono. También recibió el borrador del telegrama del P.M. al Presidente sobre ‘Dunkerque’, proponiendo anunciarlo en la C[ámara] de los C[omunes] que él la hundirá si es necesario. No veo ninguna objeción en principio -yo siempre pensé que deberíamos dar una advertencia- pero sugirió modificaciones desde el punto de vista de la seguridad. Alexander llamó por teléfono acerca de este borrador. Evidentemente no le gusta, pero no se atreve a decírselo a P.M. Sugerí que línea debería tomar, pero dijo que consultaría a Pound. Es lo mejor que él puede hacer.

Si deseas saber más, lee “The Diaries of Sir Alexander Cadogan 1938-1945” [Los Diarios de Sir Alexander Cadogan 1938-1945], editado por David Dilks.

En la imagen, un tanque Renault yugoslavo destruido.

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