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Los italianos no están a la altura de la guerra

Una dotación de tropas italianas tripulando una pieza de artillería móvil en el norte de África.

El conde Galeazzo Ciano, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, estuvo una vez más disponible para registrar una visión reveladora sobre las perspectivas de Benito Mussolini, el dictador italiano. Fue el propio Mussolini, quien tuvo la mayor responsabilidad personal en la posición calamitosa de las fuerzas armadas italianas.

 

Rodolfo Graziani había comandado las fuerzas italianas en Libia en 1940 y había estado muy reacio a lanzar una invasión del Egipto ocupado por los británicos, creyendo que las fuerzas italianas, en gran parte, sin estar mecanizadas, no serían rival para los británicos, a pesar de su superioridad numérica. Cuando se le amenazó con su destitución siguió adelante con la invasión que ordenaba Mussolini.

 

El resultado fue una serie de humillantes derrotas de los italianos, quienes se vieron expulsados en sus pretensiones de invadir Egipto y Libia. Ellos sólo se habían salvado por la llegada de las fuerzas alemanas y Rommel. Ahora Graziani estaba siendo utilizado como chivo expiatorio en la debacle -aunque finalmente fue salvado por su lealtad personal a Mussolini-:

7 de marzo de 1942

 

El Duce, que no está satisfecho con la forma en que la van las cosas, dijo: ‘Esta guerra no es para el pueblo italiano. El pueblo italiano no tiene la madurez o la consistencia para una prueba tan tremenda y decisiva. Esta guerra es para los alemanes y los japoneses, no para nosotros’.

 

Luigi Cortese, Cónsul General en Ginebra, nos informa que el temor de una invasión en Suiza se ha acabado, porque ya nadie cree en una victoria alemana completa. De hecho, las predicciones son de una naturaleza completamente diferente. Se cree que, si se golpean una vez más la cabeza contra Rusia en la próxima ofensiva sin lograr un éxito decisivo, Alemania tendrá que rendirse antes del invierno. El sentimiento hacia Italia ha mejorado mucho. De hecho, es muy favorable para ciertas posibilidades futuras que se esperan puedan ser promovidas en Suiza.

 

Mussolini recibió el informe de Revel tras la investigación de Graziani. Parece ser muy duro con Graziani. El Duce me dará una copia del mismo. Mussolini no sabe si hacerle una corte marcial o deshacerse de él administrativamente a través de la jubilación. Yo estaría a favor de la última solución en tiempo de guerra. El Duce acusa a Graziani de haber sido responsable de tres graves derrotas para el país: un golpe a su prestigio militar, la llegada de los alemanes en Italia y la pérdida del imperio. El Duce siente que ahora tenemos que atacar a Tobruk o bien los británicos nos darán otro revés.

 

Los almirantes japoneses nos han informado que tienen la intención de avanzar hacia la India. El Eje debe moverse hacia ellos en el Golfo Pérsico.

Si deseas saber más, lee “The Ciano Diaries 1939-1943” [Los diarios del conde Ciano], editado por Hugh Gibson.

Tropas italianas se alistan para utilizar un cañón de artillería mediano.

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