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Ultimátum soviético a Paulus

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Tropas soviéticas sobre tanques T-34 avanzan sobre Stalingrado.

La frase rusa кнут и пряник [knut i pryanik] -literalmente en español “la zanahoria o el palo”-, fue utilizada para representar una mezcolanza de amenazas y promesas. Este fue el enfoque adoptado por el ejército soviético en su intento de evitar mayores pérdidas en Stalingrado. Se produjo una “invitación” para rendirse, para ser entregada a los alemanes en el interior de la ciudad sitiada. En el documento se establecían los fríos hechos de la situación, el 6º Ejército no sería rescatado y la situación de los suministros iba a empeorar.

Hans Dibold, un doctor austriaco, que se encontraba en ese momento unido al malogrado Sexto Ejército, recuerda los términos de rendición que ofrecieron los soviéticos:

Para el Comandante del Sexto Ejército en Stalingrado cercado, General Paulus, o su representante.

El Sexto Ejército alemán, las unidades del 4º Ejército de Tanques y sus refuerzos han estado completamente rodeados desde el 23 de noviembre de 1942. Las fuerzas del Ejército Rojo han asegurado un cerco alrededor de este ejército alemán. Todas las esperanzas de rescate mediante una ofensiva alemana desde el sur y el suroeste han resultado infructuosas.

Las fuerzas que se precipitaron en su ayuda han sido destruidas por el Ejército Rojo y los restos de estas fuerzas se están retirando hacia Rostov. Los aviones de transporte alemanes que les están suministrando con un mínimo de comida, municiones y combustible están siendo obligados a desplazarse entre campos de aterrizaje y volar grandes distancias para llegar a sus posiciones. Por otra parte, la fuerza aérea rusa está causando grandes pérdidas a los aviones de transporte alemanes y sus tripulaciones. Es poco probable que el transporte aéreo continúe por mucho tiempo más.

Sus tropas cercadas se encuentran en una grave situación. Ellos están sufriendo por el hambre, las enfermedades y el frío. El duro invierno ruso apenas está iniciando: están por venir fuertes heladas, vientos fríos y tormentas de nieve, pero sus soldados no tienen uniformes de invierno y están viviendo en condiciones insalubres. Usted, como comandante, y todos los oficiales de las tropas rodeadas saben muy bien que ya no hay ninguna posibilidad realista de romper el cerco. Su posición no tiene mayor esperanza y cualquier resistencia es inútil.

Dada la posición ineludible en la que ahora se encuentran sus fuerzas y con el fin de evitar el derramamiento de sangre innecesario, proponemos que acepte las siguientes condiciones para la rendición:

1. Todas las tropas alemanas rodeadas, con su personal y usted, han de renunciar a mayor resistencia.

2. Usted debe entregarnos, de una manera ordenada e intacta, a todos los hombres, las armas, el armamento y propiedad del ejército.

Les garantizamos la vida y la seguridad de todos los oficiales, suboficiales y hombres que cesen la resistencia. Además, les garantizamos que al final de la guerra ellos regresaran a Alemania, o a cualquier otro país de su elección.

A todas las fuerzas que se rindan se les permitirá mantener su uniforme, insignias y condecoraciones, junto con sus pertenencias personales y objetos de valor. A los oficiales de alto rango se les permitirá conservar sus dagas de servicio.

A todos los oficiales, suboficiales y hombres que se rindan se les proporcionaran raciones normales inmediatamente. Todos aquellos sufriendo por heridas, enfermedad o congelación recibirán atención médica.

Esperamos su respuesta por escrito el 9 de enero de 1943, a las 1500 horas, hora de Moscú. Esta deberá ser llevada por un representante a quien usted haya designado personalmente y quien deberá proceder en un coche trayendo una bandera blanca a lo largo del camino comprendido entre la parada de ferrocarril Konny y la estación Kotluban. Su representante se reunirá con oficiales rusos en la región B, 0.5 kilómetros al sureste de la parada de ferrocarril Nº 564.

Si usted decide rechazar nuestra propuesta para su capitulación, se le advierte que las fuerzas del Ejército Rojo y la Fuerza Aérea Roja se verán obligadas a tomar medidas para destruir las tropas alemanas rodeadas y usted tendrá que asumir la responsabilidad de su aniquilación.

 

Firmado,

Coronel General de Artillería, Voronov;

Comandante Supremo del Frente Don, teniente general Rokossovsky.

Si deseas saber más, lee “Doctor at Stalingrad” [Doctor en Stalingrado], de Hans Dibold.

Sólo para entregar el mensaje se encontraron con dificultades considerables. A pesar de transmitir sus intenciones por altavoz, el primer intento de acercarse a las líneas alemanas fue recibido con una lluvia de disparos y el equipo con la propuesta quedó atrapado en la nieve por un tiempo. Cuando finalmente pudieron pasar para entregar el mensaje en los albores del día 9, no pasó mucho tiempo para que los alemanes lo rechazaran llanamente.

Nunca se sabrá si el régimen soviético habría mantenido sus promesas para el tratamiento de los prisioneros. El comandante alemán, el general Paulus, no estaba listo para desafiar a Hitler y rendirse. La agonía continuaría, pero no por mucho más tiempo.

El comandante del Frente del Don, el teniente general Konstantin K. Rokossovsky (a la izqu

El comandante del Frente del Don, el teniente general Konstantin K. Rokossovsky (a la izquierda) en una posición de combate cerca de Stalingrado, en 1942. El 8 de enero de 1943 envió un mensaje al General Paulus, comandante del 6º Ejército alemán, detallando los términos de su rendición; el grupo que llevó el mensaje a los alemanes se enfrentó a una serie de dificultades sólo para que los germanos rechazaran la propuesta rusa.

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Vehículos blindados soviéticos aproximándose a Stalingrado.

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