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Montgomery se prepara para el ataque

Un tanque Sherman recién llegado es cargado en una embarcación ‘Z’ para ser llevado a la costa en el Puerto Tewfik, en Egipto, el 9 de septiembre de 1942. El tanque estadounidense pudo al fin poner a los blindados británicos en igualdad de condiciones con el poder de fuego de los Panzers alemanes.

En Egipto, el ataque de Rommel del 30 de agosto había terminado. El 7 de septiembre, el Afrika Korps había sido repelido prácticamente hasta las líneas desde donde habían comenzado. Lo que se conoció como la batalla de Alam el Halfa no les había traído nada.

 

Inmediatamente Montgomery, ahora al mando del 8º Ejército en el desierto, empezó a sentir presión para explotar el éxito y contraatacar. Sin embargo, “Monty” era un hombre difícil de tratar, sumamente seguro de lo que quería lograr y cómo iba a hacerlo. No iba a aceptar ninguna orden hasta que estuviera listo. Él tenía una posición fuerte con sus superiores -difícilmente podrían reemplazar de nuevo al comandante del 8º Ejército tan pronto-:

Decidí hacer planes para sorpresa táctica y para ocultar del enemigo los lugares exactos en que los golpes caerían y las horas exactas. Esto involucraría un gran plan de engaño...

 

A continuación, era necesaria una luna llena. El problema de los campos minados era tal que las tropas debían ser capaces de ver lo que estaban haciendo. Una luna menguante no era aceptable ya que preveía una verdadera “pelea de perros” durante al menos una semana antes de que finalmente pudiéramos atravesar; una luna creciente era esencial.

 

Esto limitaba la elección a un período determinado cada mes. El ataque de Rommel también retrasó nuestros preparativos, no podíamos estar listos para la luna de septiembre y estar seguros del éxito. No debe haber más fallas, oficiales y soldados del 8º Ejército tenían una vida difícil y pocos placeres y tenían que soportar esto.

 

Todos lo que ellos pedían era tener éxito y yo estaba decidido a ver que lo obtuvieran esta vez de forma plena. El pueblo británico también quería un verdadero éxito; durante mucho tiempo habían visto desastres o, en el mejor de los casos, sólo un éxito parcial.

 

Pero para obtener el éxito debemos tener tiempo; teníamos que recibir una cantidad de nuevos equipos, así como entrenar al ejército para utilizarlo y también ensayar las tareas que teníamos por delante.

 

A mi llegada le había prometido al 8º Ejército que no iba a lanzar nuestra ofensiva hasta que estuviéramos listos. No podía estar listo hasta octubre. La luna llena era el 24 de octubre. Dije que atacaría en la noche del 23 de octubre y notifiqué a Alexander en consecuencia.

 

La respuesta de Whitehall fue inmediata. Alexander recibió una señal del Primer Ministro a efecto de que el ataque debía ser en septiembre, así como para sincronizar con ciertas ofensivas rusas y con el desembarco de los aliados que tendrían lugar a principios de noviembre, en el extremo occidental de la costa del norte de África [Operación Torch].

 

Alexander vino a verme para discutir la respuesta que sería enviada. Le dije que nuestros preparativos no podían ser completados en tiempo para una ofensiva de septiembre y un ataque en ese momento fallaría: si esperáramos hasta octubre, garantizaba un éxito completo.

 

En mi opinión, sería una locura atacar en septiembre. ¿Iba a hacerlo? Alexander me apoyó de todo corazón como siempre lo hizo y la respuesta fue enviada con las líneas que yo quería.

 

Yo le había dicho en privado a Alexander que, en vista de mi promesa a los soldados, me rehusaba a atacar antes de octubre; si fuese ordenado un ataque en septiembre por Whitehall, tendrían que conseguir a alguien más para realizarlo. ¡Mi valoración estaba más bien alta después de Alam Halfa! No escuchamos más acerca de un ataque en septiembre.

Si deseas saber más, lee “The Memoirs of Field Marshal Montgomery” [Las memorias del mariscal de campo Montgomery], del Vizconde Bernard Law Montgomery.

Los hombres de la 51ª División de Montaña (conocidos como "Las damas del infierno") cargando con bayoneta calada durante un ejercicio de entrenamiento en el desierto, el 23 de septiembre de 1942. Los regimientos escoceses habían dejado de vestir los kilts en el campo de batalla después de la campaña en Francia en 1940, pero su apodo de la Primera Guerra Mundial permaneció.

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