Los rusos sufren de “fobia de tanques”
Tanque medio alemán Panzerkampfwagen IV, de la 6ª División Panzer, en 1941.
El 16 de julio, el Alto Mando soviético ordenó la creación de cuatro divisiones opolcheniye, primordialmente comprendidas de voluntarios; el criterio para ser reclutado era laxo y ahora se estaban incluyendo a individuos que en circunstancias normales hubieran sido rechazados.
La edad límite se amplió de dieciocho a diecisiete y de cincuenta a cincuenta y cinco años. Las nuevas Divisiones de la Guardia estaban equipadas deficientemente, la formación militar era prácticamente inexistente y no había oficiales experimentados que las dirigieran.
El resultado fue el pánico y la confusión casi universales en algunas unidades del Ejército Rojo. Desarmados, sin entrenamiento, exhaustos por las marchas nocturnas y los días sin poder dormir debido a los ataques aéreos, los voluntarios terminaban por huir o caer capturados en grandes números.
Ante la presencia de los tanques alemanes, la huida masiva de los rusos era tan común que se adoptó un término pseudomédico -tankovaya boyazn- o “tanquefobia”. Un miembro del partido comunista, A. I. Verkhoglaz, incluso tuvo que recurrir a la difusión de rumores sobre que los alemanes estaban usando armazones simulados como tanques, buscando evitar con ello las retiradas desordenadas en masa:
El otro día, exactamente este tipo de incidente se puso al descubierto; fue observado a través de los binoculares. Una columna colosal de tanques fue vista aproximándose. Los tanques se detuvieron, un oficial salió y se inclinó sobre uno de sus codos y su codo produjo una abolladura. Bien, como saben, los codos no hacen mella sobre tanques reales. Este pequeño detalle reveló la verdad -los tanques resultaron ser falsos-.
Si quieres saber más, lee “Leningrad: The Epic Siege of World War II, 1941-1944” [Leningrado: el sitio épico de la Segunda Guerra Mundial, 1941-1944], de Anna Reid.
Las fuerzas soviéticas, por falta de equipo y entrenamiento, estaban en ocasiones más dispuestas a retirarse en vez de combatir. En la imagen, voluntarios rusos ligeramente armados se retiran de Kurgan, en Bielorrusia, 1941.