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Winston Churchill, con el uniforme de un Comodoro del Aire, con el Dr. H. V. Evatt (ministro australiano de Asuntos Exteriores), Clement Attlee (Viceprimer Ministro) y Vice-mariscal Aéreo C. R. Carr (Grupo AOC Nº 4), durante una visita a un escuadrón de Halifax basado en Yorkshire, el 15 de mayo 1942.

A pesar de que Churchill enfrentó un desafío al cuestionársele la administración de la guerra en la Cámara de los Comunes, consecuencia de varios reveses militares que Gran Bretaña había visto en la primera mitad de 1942, el ánimo de la población era ambivalente.

 

Singapur había caído en manos japonesas; Tobruk en la de los alemanes, al tiempo que estos últimos estaban golpeando a la puerta de Alejandría en Egipto; Malta era incesantemente bombardeada y los suministros estaban siendo enviados al fondo del mar por los submarinos alemanes, aunado a ello el avance de las fuerzas del Eje en la Unión Soviética parecía imparable, mientras el régimen nazi llevaba a cabo su política de exterminio de judíos y otras minorías a lo largo del continente europeo.

 

El espíritu británico aún mantenía esperanzas de que todo cambiaría. Siempre plasmando el estado de la opinión pública, en numerosas observaciones perspicaces, Molly Panter-Downes, columnista del New Yorker, escribió el 5 de julio... Ver Más

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