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Los prisioneros de guerra capturados por los japoneses sufrieron terribles condiciones y t

Los prisioneros de guerra capturados por los japoneses sufrieron terribles condiciones y trato brutal.

Sólo hubo dos japoneses-americanos capturados durante el curso de la guerra en el Pacífico con Japón. La mayoría de los japoneses-americanos sirvieron en el teatro europeo, donde podían evitar tales riesgos.

Sin embargo, Frank Fujita se había unido a la Guardia Nacional de Texas en 1938 antes de que hubiera tal tipo de consideraciones y fue capturado mientras servía en la 36ª División de Infantería. Había sido enviado a Nagasaki, donde él y sus compañeros prisioneros de guerra fueron puestos a trabajar en los astilleros. Hasta 1943 ninguno de sus captores se había dado cuenta de su nombre japonés:

El 1 de junio de 1943, casi un año y tres meses después de que fuéramos capturados en Java, un guardia japonés se dio cuenta que mi nombre era japonés, aquí en Nagasaki, Japón. Este guardia, al igual que muchas personas en Japón, podía leer algo impreso en inglés, pero no podían entenderlo cuando se les leía.

Como jefe de cuarto, mi nombre estaba en la parte superior de la lista y cuando lo vio, parecía como si sus ojos se le fueran a salir, señaló mi nombre y dijo: “¡Fujita! ¡Fujita Nippon no namai!” (Fujita es un nombre japonés) Y luego me preguntó dónde estaba Fujita, yo le dije que había ido al benjo [baño]. Me dijo que esperaría y yo me fui hacia la parte trasera de la habitación con el corazón en la boca y temblando como una hoja. Estaba muriéndome de miedo como nunca. El guardia se mantuvo al frente del cuarto y le preguntaba a todos los que entraban en la sala dónde estaba Fujita.

Casi todo el mundo en la habitación estaba tan agitado como yo, porque también habían sufrido por si yo era descubierto y ahora que había llegado el momento, todos estaban en pie alrededor con gran expectación para ver lo que sucedería a continuación.

Otro hombre entró en la habitación y el guardia le preguntó dónde estaba Fujita, miró a su alrededor y me vio y antes de que nadie pudiera advertirle, él me señaló y dijo: “¡Ahí está!

El guardia parecía sorprendido y a la vez un poco desilusionado conmigo por haberle dicho que Fujita había ido al benjo. En cualquier otro momento me habría sido golpeado en el acto, pero esta vez estaba demasiado emocionado sobre su descubrimiento como para pensar en golpearme por ello.

Me llamó al frente de la habitación y me miró de arriba a abajo, succionando sus dientes y murmurando algo incrédulo sobre que Fujita fuera un prisionero de guerra. Trató de mantener una conversación conmigo, acerca de mí, y finalmente se dio cuenta que yo realmente no podía hablar el idioma. El tocaría mi piel y luego puso su brazo junto al mío y los comparó y, al igual que el guardia de la parrilla de lavado, dijo “¡Somma, Somma!” Entonces se volvió hacia los otros chicos en el cuarto y luego me apunto a mí y luego a sí mismo y les dijo que éramos somma, somma.

Finalmente, no pudo aguantar más, que él era el único japonés que sabía esto por lo que se fue hacia la caseta de vigilancia.

 

¡Me asusté y luego sentí muy fuertemente que mi muerte prematura estaría muy próxima! A pesar de que me sentía así, en el fondo todavía tenía la esperanza de poder sobrevivir a la guerra en una sola pieza.

En un pequeño rato trajo a otro guardia con él para mirarme otra vez, sólo para que se apagaran las luces, ya que era la hora de acostarse y todas luces del cuarto se apagaban a las 10:00 PM.

Bueno, esa noche no pude dormir y los sargentos Heleman y Lucas estaban tratando de consolarme y convencerme de que tal vez no me matarían después de todo. Tenía tal angustia mental que incluso las chinches, pulgas y mosquitos no me molestaban.

Durante la noche, cada vez había cambio de guardia, los guardias se turnaban para venir a mi habitación y mirarme, incluso aquellos que normalmente patrullaban del otro lado del campo.

Fujita se convirtió en un objeto de curiosidad para los japoneses, pero sobrevivió a varios interrogatorios haciéndose pasar por imbécil. Se le dio un libro “Aprenda japonés en 30 horas” porque estaban tan frustrados con él -pero hizo poco progreso con él-. Él los alteraba al negarse a unirse al ejército japonés y al final se le permitió regresar a las filas de los otros prisioneros de guerra estadounidenses.

Si deseas saber más, lee “Foo: A Japanese-American Prisoner of the Rising Sun: The Secret Prison Diary of Frank ‘Foo’ Fujita” [Foo: un prisionero japonés-estadounidense del sol naciente: el diario secreto de la prisión de Frank “Foo” Fujita], de Frank Fujita.

Infantería japonesa movilizándose en bicicleta a través de Java, lugar donde fuera captura

Infantería japonesa movilizándose en bicicleta a través de Java, lugar donde fuera capturado Frank “Foo” Fujita, estadounidense de origen japonés que fuera prisionero de guerra por tres años y medio hasta su liberación en 1945.

Sargento Frank ‘Foo’ Fujita del Ejército de los Estados Unidos_edited.jpg

El sargento Frank “Foo” Fujita del Ejército de los Estados Unidos.

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