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El mayor tonelaje de bombas cae en Dortmund

El Avro Lancaster B Mark III, ED724 ‘PM-M’', del Escuadrón Nº 103 de la Real Fuerza Aérea

El Avro Lancaster B Mark III, ED724 ‘PM-M’', del Escuadrón Nº 103 de la Real Fuerza Aérea (RAF), se detiene en la pista iluminada en Elsham Wolds, Lincolnshire, antes de despegar para una misión sobre Duisburg, Alemania, durante la Batalla del Ruhr. Tres reflectores (llamadas luces “Sandra”) forman un cono para indicar la altura de la base de las nubes para la aeronave partiendo.

En mayo de 1942 el Comando de Bombarderos había podido reunir 1,000 aviones de todos los rincones del servicio, incluyendo los escuadrones de entrenamiento, para montar algunos ataques de alto perfil. En mayo de 1943 tuvieron que esperar más de una semana para obtener el mayor número de sus principales aviones que estuvieran funcionando, así como los que estaban tan útiles como fuese posible.

Un total de 826 estaban disponibles el 23 de mayo para un nuevo objetivo en el corazón de la cuenca del Ruhr, el centro industrial de Alemania. Una proporción mucho mayor de ellos eran bombarderos pesados cuatrimotores –Lancaster, Halifax y Stirling–, por lo que ahora el tonelaje que sería lanzado superaba incluso a aquellos de los ataques con 1,000 bombarderos.

Las tácticas ahora estaban madurando; la fuerza fue dirigida por 13 aviones Mosquito de la Fuerza Pathfinder. Ellos encontrarían el centro de la ciudad de Dortmund con precisión, utilizando el sistema de navegación Oboe. Una vez que habían marcado el punto de mira con bengalas de colores, ahora dependía de la fuerza principal llevar a cabo su trabajo.

Esa noche Tom Wingham era un bombardero en un avión Halifax. Por casualidad se encontraban a la cabeza del torrente de bombarderos:

Cuando nos acercábamos a nuestro objetivo el fuego antiaéreo se intensificó, aunque no había en este momento reflectores. Muy a menudo los alemanes retrasarían el uso de éstas hasta que el objetivo se hubiera marcado en el caso, es de suponer, que los reflectores pudieran revelar su posición.

Ya que estábamos al frente del ataque seguimos en curso hacia Dortmund, aunque sólo estábamos a un par de minutos de nuestro ETA [tiempo estimado de llegada] y no había todavía marcadores visibles. De repente, un chorro vívido de colores apareció por delante y por debajo de nosotros, y nos aliviamos de saber que este era el marcador Oboe primario y que no tendríamos que dar la vuelta otra vez.

Ahora yo me hice cargo y guie a Dave a través de mi mira de bombas. “Compuertas de bombas abiertas”. “Compuertas de bombas abiertas”, repitió David.

“Izquierda… izquierda… firmes…firmes” –apreté el botón–“¡Fuera bombas!”

El avión saltó con el lanzamiento de las dos bombas de 1,000 libras de alto explosivo. Al mismo tiempo, el flash de la foto dejó su paracaídas en la parte trasera de la aeronave y ahora volamos recto y nivelado mientras yo contaba los 10 segundos. Llevábamos una carga mixta de bombas de altos explosivos e incendiarias que, por desgracia, tenían diferentes velocidades terminales.

Esto significaba que las bombas de alto explosivo tenían un mejor desplazamiento hacia delante que las incendiarias más pequeñas, que caerían casi verticalmente. Por lo tanto, todavía teníamos por lanza seis contenedores pequeños con bombas incendiarias de 30 libras y siete CPB de 4 libras, los cuales serían liberados en secuencia para que los cientos de bombas incendiarias cubrieran un área de más de 100 yardas de largo. La idea era que los altos explosivos abrieran los edificios, a continuación, las incendiarias seguirían para prender fuego a los escombros expuestos. A fin de que esto sucediera tenía que haber un desfase entre el lanzamiento de los dos tipos de bombas, de allí la necesidad del vuelo de 10 segundos.

El lanzamiento de las bombas también había alistado la cámara para grabar nuestra posición al momento del impacto de las bombas. Suponiendo que mantuviéramos nuestra carrera, que duró un poco más de tiempo después del lanzamiento de las bombas incendiarias, el centro de la fotografía indicaría el punto de impacto de nuestra carga de bombas.

No era frecuente que yo tuviera un blanco virgen para apuntarle sin otro bombardeo, excepto el marcador Oboe, pero por supuesto que esto también significaba que estábamos muy al frente, un objetivo ideal para los artilleros allá abajo y, además, haciéndoles la vida más fácil con la carrera prolongada recta y nivelada para la foto. Habíamos tenido un viaje lleno de zarandeos al tiempo que el fuego antiaéreo se intensificó casi al punto de hacerse realidad el viejo adagio que dice, “el fuego antiaéreo era tan pesado que uno podría salir y caminar sobre él”.

Con las compuertas de bombas cerradas, continuamos para cruzar el objetivo yendo hacia el sur y acabando de obtener nuestra foto y ahora estábamos libres para gafar un poco para confundir a los cañones cuando hubo una explosión todopoderosa. El avión casi se estremeció hasta detenerse y que parecía estar cayendo del cielo.

A los 7,000 pies se produjo el milagro, al tiempo que los motores comenzaron a farfullar nuevamente y Dave comenzó a estabilizar la aeronave. Con el poder hasta el codo, por así decirlo, ahora teníamos una oportunidad de enfrentarnos al enemigo, tejiendo nuestro camino para salir de los reflectores y, sobre todo, empezar a subir para tomar altura nuevamente, después de haber perdido unos 10,000 pies en nuestra caída. Como estábamos en el medio de la cuenca del Ruhr, no tuvimos más remedio que seguir volando hacia el oeste a través del área mejor defendida en Alemania, pero finalmente hicimos nuestro camino para salir y tuvimos un viaje sin incidentes de regreso a la base.

De vuelta a la dispersión ahora teníamos la oportunidad de examinar la aeronave para ver qué había sucedido. Aparentemente nos habíamos sido impactados por metralla de un yerro muy cercano, como lo demuestran unos 20 hoyos o más en el avión, con una pieza grande cortando los botones del extintor, activándolos en tres motores, proporcionándoles espuma en lugar de combustible para digerir. No tomando amablemente esto, se habían dado por vencidos.

Cuando, más tarde esa mañana, visité la Sección Fotográfica, fue con gran satisfacción que he encontré mi foto revelada mostrando una imagen muy clara de Dortmund con el punto de mira justo en el centro.

Si deseas saber mؘás de este relato, lee “RAF Bomber Stories: Dramatic First-Hand Accounts of British and Commonwealth Airmen in World War 2” [Historias de bombarderos de la RAF: dramáticos relatos de primera mano de aviadores británicos y de la Commonwealth en la Segunda Guerra Mundial], de Martin Bowman.

El Short Stirling W7459 ‘O’ de la HCU (Unidad de Conversión Pesada) Nº 1651, en vuelo, en

El Short Stirling W7459 ‘O’ de la HCU (Unidad de Conversión Pesada) Nº 1651, en vuelo, en 1942.

Con la silueta recortada contra el resplandor de los fuegos causados por bombas incendiari

Con la silueta recortada contra el resplandor de los fuegos causados por bombas incendiarias, un Handley Page Halifax del Grupo Nº 4 lanza su carga de bombas a través de nubes durante una misión nocturna exitosa en Leipzig, Alemania.

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