top of page

Trampa explosiva para los alemanes

Soldados alemanes fotografiados con dos partisanos soviéticos que los alemanes han colgado; todos posan sonriendo para la imagen.

Las temperaturas en la Unión Soviética estaban descendiendo cada vez más, en algunos casos, los soldados alemanes encontraron un enemigo inesperado en las heladas que estaban provocando más bajas que los enfrentamientos con el Ejército Rojo.

 

Después del discurso de Stalin conmemorando la Revolución de Octubre, las fuerzas soviéticas estaban intensificando sus operaciones en torno a la defensa de Moscú; los partisanos continuaban realizando operaciones de sabotaje y colocando trampas explosivas para los invasores alemanes. Wilhelm Prüller da testimonio de ello en su diario:

11 de noviembre de 1941

 

Desafortunadamente, aún tenemos que soportar con algunas estupideces de los partisanos -un muerto y un herido en nuestros rangos-. Aunque una casa a la vuelta de la esquina estaba minada y estaba prohibido entrar en ella, dos de los nuestros no pudieron resistirse registrarla. Entraron a través de una ventana y se introdujeron a una de las habitaciones a través de una puerta abierta. Adentro había un escritorio -el lugar había sido la “Casa del Ejército Rojo”- y uno de los cajones estaba medio abierto, de tal forma que podías ver una pequeña pistola adentro. Uno de ellos abrió el cajón y al momento siguiente hubo una terrible explosión. Una pierna y un brazo arrancados, el otro con heridas ligeras; pudo arrastrarse hacia afuera. No pudimos salvar al que estaba gravemente herido, puesto que en cinco minutos la casa estaba en llamas desde el ático hasta el sótano. Se quemó allí.

 

Los ingenieros están ocupados limpiando toda la ciudad de minas, pero por supuesto que no pueden estar en todas partes al mismo tiempo.

Si deseas saber más, lee “Diary of a German Soldier” [Diario de un soldado alemán], de Wilhelm Prüller.

bottom of page