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Mussolini molesto por la conducta de tropas alemanas

Benito Mussolini durante una estancia en la 'Berghof' en el Obersalzberg cerca de Berchtesgaden. En la imagen se aprecian el canciller del Reich, Joachim von Ribbentrop [a la derecha], y el conde Galeazzo Ciano.

Durante 1941, los intentos italianos por llevar una campaña militar autónoma de Alemania se derrumbaron como consecuencia de los reveses en Grecia, África del Norte y África Oriental; a raíz de ello, Italia se convirtió efectivamente en un país dependiente y subordinado de Alemania.

 

Después de la invasión liderada por Alemania y la ocupación de Yugoslavia y Grecia, que en principio habían sido objetivos italianos, la nación mediterránea se vio obligada a aceptar la dominación alemana en los dos países ocupados. Aunado a ello, las fuerzas alemanas en África del Norte bajo Erwin Rommel se estaban haciendo cargo del esfuerzo militar para expulsar a las fuerzas aliadas de la colonia italiana de Cirenaica en Libia, haciendo que las fuerzas alemanas se estacionaran en Sicilia durante la campaña en África.

 

La insolencia de Alemania hacia Italia como aliado se demostraba en gestos diversos, como el momento en que presionó a los italianos para enviar 350,000 “trabajadores invitados” a Alemania, que fueron utilizados como mano de obra forzada. Mientras que los mandos militares alemanes estaban decepcionados con la actuación de los italianos, Hitler mantuvo relaciones favorables con Italia debido a su amistad personal con Mussolini.

 

No obstante, Mussolini expresaba su descontento frecuentemente por algunas de las actividades y conductas de los alemanes. El conde Galeazzo Ciano, ministro de Relaciones Exteriores de Italia, escribió en su diario una más de estas desazones del Duce:

12 de enero de 1942

 

El Duce protesta por la conducta de los soldados alemanes en Italia, especialmente los suboficiales, que son presuntuosos, pendencieros y ebrios. Anoche en Foggia, dos de ellos se metieron a la fuerza en la casa de un hombre que estaba a punto de irse a la cama y le dijeron, “Hemos tomado posesión de Francia, Bélgica, Holanda y Polonia. Esta noche vamos a tomar posesión de tu esposa”. A lo cual el hombre respondió, “Ustedes pueden tomar posesión del mundo entero, pero no de mi esposa. No tengo ninguna. Soy soltero”. En su decepción ellos rompieron todos los muebles antes de retirarse. Si continúan de esta forma, incluso Mussolini, quien protestó con Rintelen, pronostica algún “vespro” [Mussolini se refiere a las famosas Vísperas Sicilianas, donde la población se rebeló contra tiranos franceses].

 

Hablando en general, nada nuevo. A los japoneses le está yendo bien, a los alemanes no tan bien en Rusia y a nosotros, en Libia, regular.

Si deseas saber más, lee “The Ciano Diaries 1939-1943” [Los diarios de Ciano 1939-1943], editado por Hugh Gibson.

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