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La protesta en Rosenstraße en el centro de Berlín

El ministro de propaganda naziebbels visita las ruinas quemadas de la catedral Hedwigs, af

Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, visita las ruinas quemadas de la catedral Hedwigs, afectada por el bombardeo del 1º de marzo de 1943.

Las leyes raciales nazis, dirigidas en contra de los judíos de Alemania, primero discriminándoles y eventualmente asesinándolos, no siempre fueron fáciles de aplicar. Se hicieron excepciones para los judíos que habían servido en el ejército alemán en la Primera Guerra Mundial, para los que no eran del todo de “sangre judía” y para los que se habían casado con “arios” no judíos antes de la promulgación de las leyes. Estos casos requerían que se tomaran decisiones individuales.

Cuando los arrestos de los judíos de Berlín comenzaron el 27 de febrero, un grupo grande de hombres afirmando que tenían algún tipo de privilegio, fueron separados de aquellos que tenían como destino inmediato a Auschwitz. Ellos fueron detenidos en un edificio en Rosenstraße [Calle Rosa], en Berlín, mientras que eran procesados. No pasó mucho tiempo para que sus familiares conocieran acerca de esto y muy pronto se organizó una notable protesta.

El 2 de marzo, los familiares se sintieron aliviados al descubrir que el edificio no había sido afectado por el bombardeo aliado más reciente, a diferencia de muchos edificios cercanos. El doctor Walter Laqueur fue uno de los que atestiguó la protesta:

A medida que caminaba, de repente estaba presenciando una escena que no había atestiguado en Alemania en muchos años: una manifestación espontánea, estábamos a la mitad de la guerra en Alemania y aquí estaba una pequeña rebelión.

Los cónyuges no judíos y los hijos de aquellos detenidos habían encontrado rápidamente lo que había ocurrido, y comenzaron a alinearse frente al campo en Rosenstraße. La primera mañana, eran sólo una docena. Exigieron que se le permitiera hablar con sus maridos. Su deseo no se cumplió, pero se quedaron.

Hacia la noche, unos pocos centenares acamparon afuera de la puerta y gritaban: “Queremos ver a nuestros hombres de nuevo” y “Dennos de vuelta a nuestros padres”. Al día siguiente su número creció a cerca de un millar. Hacían un escándalo considerable y enviaron delegaciones a las comisarías cercanas e incluso a la sede de la Gestapo.

Las autoridades fueron increíblemente serviciales, incluso amables. No había motivo de alarma, dijeron, no estaba aún decidido, vamos a revisar el asunto de nuevo. Pero las mujeres no estaban satisfechas con tales tonterías sin compromiso: “¿Qué necesita ser comprobado?” Ellas querían a sus hombres en el acto, inmediatamente…

Cuando los oficiales dijeron que la gente todavía no podía ser puesta en libertad, las mujeres sugirieron que querían quedarse con sus maridos en la cárcel. Los oficiales respondieron que no estaba permitido puesto que los hombres estaban bajo arresto. Las mujeres respondieron que Rosenstraße no era una prisión y que tenían derecho a entrar al edificio. El Führer sin duda no aprobaría este tipo de práctica ilegal…

Los funcionarios no sabían qué contestar y fueron con sus superiores para recibir nuevas instrucciones. A lo largo de Berlín se difundieron rumores de que allí, justo en el centro de la ciudad, había una manifestación de gente que había desafiado a las autoridades. Algunos corresponsales extranjeros -desde Suecia y Suiza- aparecieron en el sector. Alegaron, por supuesto, que esto era bastante ordinario, que sólo estaban pasando por allí.

También hubo algunos agentes policiales por allí, pero estaban tratando de no llamar la atención. De vez en cuando, un sedán con una cortina abajo pasaba por el punto de reunión. Algunos altos funcionarios dieron consejos o emitieron nuevas instrucciones.

Parte de la multitud se trasladó a otra calle pequeña, la Burgenstraße. Se detuvieron frente a una de las primeras casas, un edificio de oficinas anodino sin una placa y logotipo en la fachada y sin un letrero de neón -era la sede distrital de la Gestapo-.

 

En mi vida he visto muchos tipos de multitudes y sé que cada una es diferente… La multitud fue disciplinada esta mañana, pero obviamente quería hacer valer sus derechos. Era un montón de gente, consistiendo principalmente de mujeres y niños, y sabían lo que querían. Ellos cantaban… “Devuélvannos a nuestros esposos”. Era una escena increíble -una escena sin precedentes-.

Pobres mujeres, pensé, ¿por cuánto tiempo serían capaces de mantener el ritmo, si la policía y las SS se presentan? Las mujeres estaban desesperadas, no tenían nada que perder y si había una masacre de mujeres alemanas en el centro de Berlín, en medio de la guerra, ¿entonces qué?

No se podría haber mantenido el secreto por mucho tiempo, ¿y qué impresión habrían tenido los soldados que combatían en los campos helados de Rusia? Tal vez tenían una oportunidad.

Si deseas saber más, busca el título “Frauenprotest in der Rosenstrasse. ‘Gebt uns unsere Männer wieder’” [Manifestación de Mujeres en la calle Rosa: ¡Devuélvannos a nuestros esposos!], de Gernot Jochheim.

Finalmente, los hombres serían puestos en libertad por orden de Goebbels, no por compasión o porque estuvieran equivocados, sino también porque estaba lidiando con la reacción del público ante el bombardeo de Berlín. El 6 de marzo de Goebbels registraría en su diario:

Ha habido lamentablemente algunas escenas desagradables frente a una casa de ancianos judía, una multitud se reunió en una zona central muy concurrida, algunos incluso tenían una pequeña fiesta para los judíos. Di la orden a la SD [Sicherheitsdienst] de que la evacuación de los judíos no debía continuar, tenemos que ser más calculadores en un momento tan crítico. Podemos esperar un par de semanas, entonces podemos seguir adelante con mayor detenimiento.

Si deseas saber más, lee “The Goebbels Diaries, 1942-1943” [Los diarios de Goebbels, 1942-1943], de Joseph Goebbels.

La escultura “Block der Frauen” [Bloque de Mujeres] de Ingeborg Hunzinger, un monumento a

La escultura “Block der Frauen” [Bloque de Mujeres] de Ingeborg Hunzinger, un monumento a los acontecimientos ocurridos en la calle Rosenstraße [Calle Rosa] durante la primera semana de marzo de 1943.

La calle Rosenstraße en la actualidad, el edificio en el que los judíos de Berlín fueron d

La calle Rosenstraße en la actualidad: el edificio en el que los judíos de Berlín fueron detenidos ya no existe. Una columna Litfaß de color rosa conmemora el acontecimiento.

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