Desesperanza por Stalingrado en el búnker de Hitler
Bombarderos alemanes Heinkel He 177A-5 del I./KG 50 en el aeropuerto de Kiev. Estos bombarderos fueron utilizados para abastecer las fuerzas alemanas rodeadas en Stalingrado.
El pesimismo que principiaba a reinar entre los soldados alemanes en Stalingrado, cuando se dieron cuenta que no habría forma alguna de escapar, hizo eco en el cuartel general de Hitler. Incluso el jefe del Estado Mayor, Kurt Zeitzler, empezó a comer la “misma” ración que el soldado promedio dentro del “Kessel” (caldero). Ahora los elementos del 6º Ejército sobrevivían con dos rebanadas delgadas de pan y un poco de carne en conserva y, si tenían suerte, sopa aguada. Zeitzler no tuvo que recurrir a la carne de caballo parcialmente descompuesta desenterrada debajo de la nieve, como algunos hombres estaban consumiendo al tiempo que el hambre comenzaba a crecer fuertemente.
Los informes fueron filtrando la incompetencia en la entrega de suministros a la ciudad sitiada; al parecer dos aviones habían llegado con cuatro toneladas de especias -tal vez alguien pensó que podría acompañar la carne de caballo-. El vuelo de ida y regreso se estaba haciendo cada vez más peligroso, ya que el clima empeoró y las fuerzas soviéticas concentraron sus esfuerzos en aislar a Stalingrado tan completamente como les fuera posible. Los sacrificios realizados por la Luftwaffe seguían sin traer nada de lo que realmente se requería.
Gerhard Engel, el adjunto del Ejército de Hitler, estaba silenciosamente observando desde muy afuera del campo de batalla:
28 de diciembre de 1942
Aquí, la depresión más profunda. Casi todo el mundo ha estado esperando en contra de toda esperanza que P. [Paulus] correría el riesgo y trataría de romper el cerco en contra de sus órdenes. Podía haber salido con la mayor parte de los hombres, aunque a un alto costo en material.
Esta noche Jodl habló muy serio e incluso podía verse que él contaba que Paulus actuara de forma independiente. (La misma perspectiva) definitivamente del Jefe del Estado Mayor General y el Grupo de Ejércitos. Nadie sabe lo siguiente que debe hacerse en Stalingrado.
F. [Führer] muy callado y casi nunca es visto excepto en la conferencia de la situación diaria y para recibir informes. Lo que más nos preocupa es que al parecer hay reglas discrepantes dentro del cerco y [Paulus] no sabe cómo proceder. Además, el suministro aéreo está empeorando.
Christian informó una vez más que en su opinión el suministro por avión no es realista. F. argumentó que esto sólo era una cuestión de racionalización: si basura estaba siendo entregada, entonces así era. Deberíamos hacer que exportadores planificaran el trabajo en lugar de oficiales administrativos o del Estado Mayor General faltos de lustre.
Si deseas saber más, lee “At the Heart of the Reich: The Secret Diary of Hitler’s Army Adjutant” [En el corazón del Reich: el diario secreto del ayudante del Ejército de Hitler] del mayor Gerhard Engel.
Kurt Zeitzler fue promovido a general y nombrado Jefe de Estado Mayor de la Wehrmacht el 24 de septiembre de 1942, después de que Franz Halder fuera destituido del cargo por las malas relaciones que empezó a tener con Hitler.
Durante la crisis de Stalingrado, Zeitzler empezó a comer la “misma” ración que el soldado promedio dentro del “Kessel” o caldero, pero no le sirvió de mucho. Después de la aniquilación del Sexto Ejército en Stalingrado, la relación con Hitler se volvió cada vez más tensa. Al final de sus fuerzas, después de una serie de eventos violentos con Hitler, abruptamente dejó la Berghof el 1 de julio de 1944. Había sufrido un ataque de nervios. Hitler no volvió a hablar con él de nuevo e incluso lo despidió del ejército en enero de 1945, negándole el derecho a llevar un uniforme.