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Prisioneros de guerra soviéticos de origen asiático, en junio de 1942.

El avance alemán en el sur de la Unión Soviética estaba teniendo buen progreso, pero no sin antes enfrentar una feroz resistencia de las fuerzas rusas. Los alemanes estaban haciendo su camino hacia los campos petroleros de Bakú y avanzando hacia el Volga, hacia Stalingrado.

 

Para estos momentos, la situación en el sector de Voronezh se estaba complicando para los soviéticos, por tanto, Stalin estaba resuelto a hacer movimientos en la jerarquía militar buscando que se tomaran mejores decisiones en la organización de las fuerzas del Ejército Rojo.

Las fallas en el mando soviético habían permitido, entre otros factores, que los alemanes estuvieran llegando al Río Don y encaminando sus pasos hacia Rostov, a tan sólo unos 500 kilómetros del Volga y Stalingrado.

 

En la primavera de 1942, mientras Henry Metelmann combatía con la Wehrmacht en Rusia, fue herido y pasó algún tiempo en un hospital de campo siendo bien cuidado por médicos rusos. Fue dado de alta a principios del verano antes de que comenzara la principal ofensiva alemana del año. Metelmann aún no estaba en condiciones de reunirse con su unidad, por lo que fue enviado por un período para resguardar a los prisioneros de guerra soviéticos. En algún momento de julio de 1942, Metelmann escribió en sus memorias acerca de una inesperada situación... Ver Más

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