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Las fuerzas soviéticas avanzan hacia Kharkov

Tropas alemanas descansando en un pueblo cerca de Belgorodo. Un grupo de soldados junto a

Tropas alemanas descansando en un pueblo cerca de Belgorodo. Un grupo de soldados junto a una granja, el primer soldado de la izquierda tiene una pistola de bengalas Leuchtpistole LeuP 42 colgando de su cinturón, mientras el de la extrema derecha tiene una ametralladora MG-34 en su hombro.

Al finalizar la fracasada ofensiva alemana en la saliente de Kursk, las tropas soviéticas atacaron con una superioridad siete veces mayor y, con el apoyo de poderosas fuerzas aéreas, irrumpieron contra el borde de la región de Donets en las cercanías de Isyum y en el Mius.

Las maltrechas divisiones de infantería alemanas no podían resistir los asaltos masivos y éstas estaban en el eje principal del Grupo de Ejércitos del “Frente Suroeste”; bajo el peso del gran ataque se desquebrajaron y tuvieron que ceder terreno.

A pesar de su superioridad numérica, el Ejército Rojo estaba teniendo bajas considerables en vidas y equipamiento militar para conseguir sus objetivos; Belgorodo había sido recuperada el 14 de agosto y ahora las fuerzas soviéticas estaban comprometiendo sus fuerzas para la recuperación de Kharkov. El Ejército Soviético penetró la región del Donets y comenzaba a acercarse a Kharkov desde el este y sureste. Para el 12 de agosto, Hitler había dado sus órdenes como en ocasiones anteriores, Kharkov debía ser defendido a toda costa.

Pero la batalla por Kharkov estaba llegando a su fin. Los soviéticos avanzaron hacia la importante ciudad industrial desde todos los lados. Prosper Schücking, un estudiante de derecho de Múnich, escribió a casa con un dejo de nostalgia y melancolía:

20 de agosto de 1943

 

Fueron días malos los que hemos atravesado ahora. Ninguno de los viejos soldados entre los camaradas podía recordar tales andanadas y tales ataques aéreos. Una gran batalla defensiva se desató en nuestro sector del regimiento del 7 al 10 de agosto, que los rusos atacaron con varias divisiones de la Guardia. Como operador de radio adscrito al puesto de mando del regimiento, soporté menos que otros que tuvieron que hacer estallar sus radios después de que los rusos ya estaban entrando en nuestras trincheras. Agradezco a mi buen ángel -siempre seguro de que eres tú, queridísima Mamá- que todo haya ido tan bien.

En medio de todas estas experiencias, agradezco el amor del hogar y la certeza que uno nunca debe sentirse perdido aquí. A menudo me parece una fortuna envidiable poder descansar como un buen padre bajo un cerro de flores en la paz de un verdadero campo de Dios. En estos días difíciles de agosto, querida madre, estoy agradecido que todavía tenía todo esto: la tumba y la casa y tu rebaño de niños. Tener tanta felicidad y paz a pesar de tantos muertos queridos es verdaderamente una misericordia del cielo. Que sólo se conserve para nosotros y las bendiciones desde arriba hasta el tercer y último eslabón, entonces no podemos estar realmente conmocionados por todo lo que está bloqueando desastrosamente el camino hacia un futuro feliz.


Si observas los últimos desarrollos en Sicilia, casi se puede creer que ya no viene de vacaciones con un abrigo gris. Pero quién sabe cuánto durará todo. Una cosa es cierta: nosotros y los que pensamos como padres, obtenemos una satisfacción sin igual de la historia. En vista de nuestra verdadera Alemania, es tan cruel que puede extraerse la sangre de tu corazón.

Las últimas noches han sido repentinamente húmedas y frescas, el comienzo del otoño está en camino, a pesar de los brillantes días soleados.  Hacia las siete de la tarde ya es de noche.  Corta una flor del jardín por mí y ponla en la tumba de mi padre.

Schücking caería muerto el 13 de diciembre de 1943, no lejos de Nikopol, al sur de la Unión Soviética.​

Si quieres saber más, lee “Kriegsbriefe Gefallen Studenten, 1939-1945” [Cartas de estudiantes caídos, 1939-1945], editado por Walter Bahr y Hans Walter Bahr.

Tropas alemanas en la zona de Belgorodo, en agosto de 1943..jpg

Tropas alemanas en la zona de Belgorodo, en agosto de 1943.

Un tanque Churchill Mk IV tripulado por fuerzas soviéticas, durante la cuarta batalla de K

Un tanque Churchill Mk IV tripulado por fuerzas soviéticas, durante la cuarta batalla de Kharkov en 1943.

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