Judíos aterrorizados por los nazis en Salónica, en Grecia, 11 de julio de 1942
Las deportaciones, atrocidades y masacres cometidas por los alemanes en contra de la población judía eran cada vez más evidentes para la población mundial, sin embargo, la gran mayoría parecía ignorar o hacerse de la vista gorda en relación con esos actos.
Varios individuos y organizaciones buscaban defender a la comunidad judía realizando acciones de diversa índole, mas los gobiernos aliados no parecían tener mayor interés en resolver el problema de manera directa, su solución era acabar con el nazismo lo más pronto posible, tal y como se planteó durante la conferencia aliada en Casablanca, en Marruecos.
Pasando en gran medida desapercibido en Grecia y el resto del mundo, el 23 de marzo se celebra un aniversario importante en tierras helénicas. El arzobispo de Grecia, Damaskinos, desafió abiertamente el trato que estaba recibiendo la comunidad judía con una carta de protesta única en los anales de la Europa ocupada.
A diferencia de muchos líderes religiosos católicos y protestantes en Europa, que apoyaban la política nazi de exterminio de judíos o no hicieron casi nada para detenerla, el arzobispo Damaskinos de Grecia protestó formalmente por la deportación de judíos griegos.
Después de enterarse de la deportación de los judíos de Tesalónica en marzo de 1943, Damaskinos encabezó una carta de protesta a los alemanes. Esta carta fue compuesta por el famoso poeta griego Angelos Sikilianos y fue firmada por muchos miembros de la intelectualidad de Atenas.
Cuando el general Jürgen Stroop, líder de las SS y la policía en Grecia, descubrió quién estaba detrás de la carta, amenazó con acabar con Damaskinos. El arzobispo le recordó valiente y desafiantemente a Stroop que, “según las tradiciones de la Iglesia ortodoxa griega, nuestros prelados son colgados y no fusilados. Por favor respeten nuestras tradiciones”. Los alemanes continuaron con las deportaciones.
Damaskinos llamó al jefe de policía de Atenas, Angelos Evert, y le dijo que su iglesia emitiría certificados de bautismo falsos a cualquier judío que los solicitara y en consecuencia él debería expedir tarjetas de identificación falsas. Debido a la valerosa postura de Damaskinos, miles de judíos griegos se salvaron. Damaskinos ordenó a los sacerdotes que dieran a los judíos “certificados de bautismo” cristianos, ofreciéndoles nombres cristianos y refugio de los controles y redadas nazis.
El texto completo de la carta de Damaskinos, dirigida al primer ministro griego impuesto por los nazis, señala... Ver Más