Rumores de acuartelamiento en Rusia para el invierno
Un tanque alemán Panzer III atascado en el barro durante la Operación Tifón.
Para el 20 de octubre, medio millón de hombres y mujeres rusos habían sido movilizados en Moscú para cavar 8 mil kilómetros de trincheras y zanjas antitanque alrededor de la ciudad. Al mismo tiempo, fueron colocados 300 kilómetros de alambrada de púas.
Los alemanes se encontraban a 100 kilómetros de la capital soviética. Habían ocupado más de un millón y medio de kilómetros cuadrados de territorio ruso, con una población de 65 millones y capturado más de tres millones de soldados soviéticos.
No obstante estas impresionantes cifras, el retraso en el inicio de la Operación Barbarroja, el cambio de estrategia y objetivos prioritarios de Hitler, el inicio en el descenso de las temperaturas y el barrizal impasable en los caminos rusos y la feroz resistencia del Ejército Rojo y la población rusa, harían prácticamente imposible que los alemanes pudieran llegar a Moscú antes del invierno.
Aun así, había algunos que todavía creían que Moscú estaría en manos germanas en muy poco tiempo, desde oficiales de alto rango hasta soldados regulares. Wilhelm Prüller escribió en su diario:
Lunes, 20 de octubre de 1941
Quién trae los rumores y quién los elabora, nunca sabes. Todos al mismo tiempo están diciendo: cuarteles de invierno en Rusia. Si no fuera tan ridículo, uno podría creerlo. Pero aquí está la situación: nosotros, como una división blindada, que está habituada a avanzar hacia el enemigo y empujarlo enfrente de nosotros, cuyo nombre es sólo mencionado por los rusos como “el terror de la Ucrania” o “las SS cobardes”; se supone que nosotros con nuestros vehículos pasemos el helado invierno en Rusia, especialmente cuando hemos estado muy al frente desde muy al principio; nosotros, cuyos éxitos han sido tan numerosos, se supone que nosotros pasemos el invierno en Rusia. ¡Imposible! Es todo lo que tengo que decir.
Desdichadamente tres cosas han ocurrido en las Compañías que sólo pueden ser condenadas a fondo. Un teniente, un líder de pelotón, aparentemente perdió sus nervios durante un ataque ruso y huyó con sus hombres, sin informar a sus vecinos. Incidentalmente, no había ningunos rusos del todo donde el pelotón estaba estacionado y tampoco llegaron después. Bastante cómico.
Se supo que dos suboficiales se dispararon así mismos en la mano. Por temor de su seguridad personal y esperando de esta manera llevar una vida más tranquila y menos peligrosa. Son los únicos tres incidentes en esta guerra de los cuales yo sé; pero lamentablemente, sí sucedieron. Es escandaloso, no sólo para ellos mismos, sino para las compañías. ¿Qué es lo que piensan? Nunca podré entenderlo. Esperemos que sean castigados debidamente.
Si deseas saber más, lee “Diary of a German Soldier” [Diario de un soldado alemán], de Wilhelm Prüller.
Un obús soviético de 203 mm M1931 (B-4) y su dotación, en Moscú, Unión Soviética, 1 de octubre de 1941.