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Bombardeo sorpresivo en Darwin

Una vista del puerto de Darwin después del ataque japonés, el 19 de febrero de 1942.

El 19 de febrero de 1942 ocurrió el primero y más mortífero de los bombardeos sobre suelo australiano durante toda la Segunda Guerra Mundial. Aviones japoneses atacaron la ciudad de Darwin, que contaba con muy pocas defensas, y la bombardearon con más explosivos que los que se utilizaron en Pearl Harbor, en Hawaii.

 

El ataque, conocido como el Pearl Harbor australiano, tenía como objetivos principales los barcos fondeados en el puerto, aunque la ciudad también fue bombardeada en una segunda oleada de ataques, en los que al menos un total de 243 personas perdieron la vida.

 

La conmoción causada en Australia fue mucho mayor que el valor estratégico militar del ataque, que no fue el preludio de una invasión, como algunos pensaban. El silencio oficial subsecuente sobre lo acontecido durante este ataque, principalmente para cubrir el pobre nivel de sus defensas, sólo causó más controversia y rumores que provocaron bajas más considerables.

 

El soldado William Busby fue uno de los testigos del ataque y fue muy cándido en sus reacciones en una carta que escribió a casa:

Querida Myrtle,

 

Sólo unas pocas líneas para hacerte saber que todavía estoy bien. Escuché que ahora el correo se va a ir por cualquier medio, así que estoy escribiéndote esta noche por si acaso sale mañana. En el momento en que recibas esto sabrás que hemos tenido un ataque aéreo y por eso el correo no funcionará normalmente. Puede ser que salga esta noche o puede ser que salga en una semana o dos. No quise enviarte un telegrama, porque cuando lo recibieras, habrías tenido unos seis ataques y no quería eso. Así que creo que una carta sería mucho mejor para todos.

 

Cuando el ataque inició estábamos afuera con un grupo de trabajo, vimos una gran cantidad de aviones y antes de que pudiéramos decir ‘Jack Robinson’ habíamos desaparecido y nos mantuvimos ocultos hasta que todo hubiera terminado.

 

Con los cañones antiaéreos disparando, bombas cayendo y aviones rugiendo por todo el cielo, el ruido era como el de cincuenta trenes soltando vapor y haciendo sonar sus silbatos al mismo tiempo.

 

Después de que todo el ruido se había ido y todo se encontraba en silencio, fue muy divertido platicar acerca de cómo nos sentimos mientras ocurría el ataque. Bueno, por mi parte, yo estuve tenso todo el tiempo, pero estuve bien de nueva cuenta después de que todo había terminado, pero mientras todo sucedía abracé al suelo muy cerca de mí.

Si deseas saber más sobre William George Busby, visita el blog de Helen V. Smith; asimismo, Defence of Darwin Experience [La experiencia de la defensa de Darwin], un museo interactivo que contiene extenso material sobre el bombardeo de este puerto australiano, objetos de la época, testimonios y presentaciones multimedia.

El destructor USS Peary en llamas. Alrededor de las 1045 horas, el Peary fue atacado por bombarderos en picada japoneses y cinco de sus bombas dieron en el blanco. La primera bomba explotó en la popa; la segunda, una bomba incendiaria, en el compartimiento de la cocina; la tercera no explotó; la cuarta cayó en la parte delantera e incendió las cámaras de municiones de proa; la quinta, otra incendiaria, explotó en el espacio contiguo al cuarto de máquinas. Una ametralladora calibre .30, junto a la casamata de cubierta, y otra calibre .50, en la galera, continuaron disparando hasta que el último avión enemigo se alejó. El Peary sufrió la baja de 88 hombres y 13 más fueron heridos; se hundió aproximadamente a las 1300 horas, el 19 de febrero de 1942.

El buque australiano Neptuna, cargado de pertrechos navales, al momento en que las cargas de profundidad a bordo explotaron, después de haber sido bombardeada por los japoneses, el 19 de febrero 1942.

Los remanentes del P-40E Kittyhawk pertenenciente al teniente William R. Walker, destruido en el ataque al puerto de Darwin, minutos después de que aterrizara al ser herido en el hombro.

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